Las tardes olían a café de puchero y
alhucema de brasero de cisco.
Y morían despacio de muerte natural.
Carlos Colón.
en su columna de "La Ciudad y los días".
PLENILNIO DE NOVIEMBRE
Hace 1 hora
A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta. El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
Qué rico oler a café de puchero de esos cafés de los de antes, de los tiempos de nuestros abuelos.
ResponderEliminarUn beso.
Para mi el mejor olor de café lo produce las cafeteras italianas. Esas expreso de toda la vida. (Y el mejor café... ¡Las Nesspreso!- Con permiso de la máquina de café de la Cafetería El Aguila-)
EliminarHoy ya no mueren de esa forma, se suicidan.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Hoy las matamos nosotros. Antes de que deje de irse el sol, mucho antes ya tenemos la luz en las habitaciones encendidas.
Eliminarme has recordado a la casa de mi vecina, oliendo a picón, café y agua de colonia Heno de Pravia
ResponderEliminarPicón, café, Heno de Pravia... Me lo pones con polvorones y te lo compro ya.
EliminarCafé de pota, se dice en mi tierra. Y me encanta su olor!!!
ResponderEliminarDigo yo que morir despacio, de muerte natural, consciente y con tiempo para cerrar lo que haya que cerrar, no es mal plan. Para morir, mejor siempre sin prisas
Un beso