Se acerca al hombre que murmura en el banco y se acacha para ponerse a su altura.
- Papá. Dicen que no hay autobús.
- Si hay. Me voy al pueblo.
Intenta levantarse del banco pero no puede. Se balancea una y otra vez para coger algo de impulso pero el banco es bajo. Ni siquiera apoyándose en el bastón consigue levantarse. El anciano lo mira. Es una mirada entre suplicante y de mando. No quiere pedir ayuda pero es lo que hace con sus ojos.
El hombre que está a su lado le pone la mano en la espalda y lo aúpa para incorporarlo.
- Venga papá. Vamos a casa.
- No. Yo me voy.
Entonces se dirige con pasos lentos a una taquilla. La primera que encuentra abierta. Su hijo lo sigue sujetándolo del brazo del bastón. El otro lo lleva en cabestrillo.
- Papá vamonos.
- No. Al pueblo. Yo me voy a mi casa.
- ¡Pero si tu casa está aquí!
En la taquilla una mujer lo mira interrogante.
- Quiero ir mi pueblo le dice. Dame un billete.
El hombre a su espalda le hace señas con la cabeza.
- Ya no hay autobuses. Hace un momento ha salido el último. Venga usted otro día.- Le dice con una mueca de no entender bien.
- ¿Ves papá? Ya no hay autobuses. Mejor nos vamos a casa.
- Pero yo quiero ir al pueblo. Yo quiero ir a mi casa. Por favor, dejadme ir a casa.
El hombre lo lleva sujeto del hombro. Lo fuerza a dar un paso mas, otro, otro. Mientras lo dirige con lágrimas a la salida de la estación.
uno tiene su casa donde reside su corazón
ResponderEliminarY a ver como le explicas eso al taxista un día de borrachera.
EliminarUuuf! leer estas cosas, ahora que los padres se van haciendo mallores, da cosita.
ResponderEliminarMe haces pensar que deberíamos ser más transigentes con ellos y si el hombre quiere ir al pueblo, llevarle, un domingo, de paseo, que lo vea aunque sea un rato.
En fin.
Salud!
Estoy de acuerdo. Pero al igual que cuidamos de los pequeños y no les damos elección, con los padres puede pasar igual. (Aunque cuesta mucho mas trabajo porque no son precisamente pequeños.)
EliminarMe ha dado mucha tristeza.
ResponderEliminarY cuando un relato triste causa tristeza al lector, significa que el escritor ha hecho bien su parte.
Propósitos para este año: Volver a escribir cosas mas alegres.
EliminarDespués de cierto tiempo, ya no se puede regresar a lo que fue nuestro.
ResponderEliminarEso es lo que marca la diferencia, el pasado.
Saludos,
J.
Está claro que nunca se puede regresar. Pero no nos cansamos de intentarlo.
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