7/2/16

Dance me to the end of love.

Dance me to your beauty with a burning violin
Dance me through the panic till I'm gathered safely in.



A Leonard Cohen lo aborrecí en una habitación de hospital. Él cantaba "Dance me to the end of love"  mientras espera que alguien saliese de un intento de suicicio. ¡Con lo que me gustaba y dejé de hacerlo! Mucho ajetreo, mucho papeleo tuve esos días. Muchos sentimientos que salieron a pasear y otros que empujaron los cajones mas escondidos de la cómoda y se instalaron en la estantería de la televisión. Viajan rápido los sentimientos porque algunos que ya pensaba que tenía relegados en uno de los confines de la tierra llegó puntual como un AVE matutino. 
Hoy he vuelto a recoger uno de esos sentimientos. Aún pululan por la casa y aparecen sin avisar. Lo atrapo primorosamente, como dicen que se agarran los gorriones o las espadas. Y lo dejo a mi lado para devolverlo a uno de esos rincones de la cómoda, de esos que no saldrán nunca mas, O solo cuando ellos lo vean necesario. Pero antes busco en Spotify una de mis listas de reproducciones que ya no uso. Una en la que Leonard Cohen se repite una y otra vez. Una que me hace bailar hasta el final. 

5 comentarios:

  1. Respuestas
    1. No fue perderlo, o quizá si, el caso es que ahora ya no hay ese feeling que tenía antes. Y créame... Lo siento mucho.

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  2. a mi esos sentimientos traicioneros me tienen muy mal.... solo soy capaz de oir otra cosa que no sea piano y cosas tristes...
    besos.

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    1. Hoy me he puesto RAdio clásica y casi tiro el transistor. NO estaba yo hoy para piano y cosas tristes.

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  3. Sí, supongo que tendrá mucho que ver con el estado de ánimo, el escuchar a unos o a otros. De todos modos, y aunque Cohen no sea santo de mi devoción, he de reconocer que tiene algunas canciones realmente notables.

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