5/7/15

Ciclo de conferencias templarias.

Al finalizar las sesiones los oyentes estaban entusiasmados. Todos se dirigieron al bar del hotel para acabar la jornada. Cuando uno propuso un brindis y levantó su copa de rioja otro,  incorporándose de un salto tiró su silla y, colocando un cuchillo de mantequilla en el cuello del brindador, le instó a que no volviese a posar sus sucias manos en el Santo Grial. 




(Versión Quijotesca de un comentario con Juana la Loca en la entrada: "La Mujer Madura")

8 comentarios:

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