9/3/15

Costurera.

Recogiste agujas, hilos, costurero... todo quedo como lo encontraste. Pero has olvidado un alfiler en mi corazón. Me estoy acostumbrando a su punzada. Ya, casi no duele. 


Solo lo hace cuando late. 


14 comentarios:

  1. Siempre que entro al blog me salta un aviso sobre contenido para adultos.
    Para esta entrada debería poner uno para diabéticos.

    Y que sea yo el que diga esto... de ironías está llena la vida jajaja.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Vale! Capto la indirecta. Si, me están saliendo unas entradas con mas azúcar de la cuenta. Voy a ver si en breve empiezo a remediarlo. Las dejaré para publicarlas en días sueltos del año que viene o por ahí.

      Eliminar
  2. El alfiler termina por acomodarse, como una piedra en el zapato o una contractura en la espalda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si. Y el cuerpo termina por expulsarlos por considerarlos extraños. ¡Con lo que nos ha costado acostumbrarnos!
      Gracias por la visita.
      Le preparo un café.

      Eliminar
  3. a todo nos acostumbramos querido amigo.... incluso el día que te lo saquen lo echarás de menos...

    ResponderEliminar
  4. Respuestas
    1. ¡Un hijo de puta es lo que es! Va a su puta bola. Tú le dices una cosa y el hace otra.

      Eliminar
  5. Pues habrá que fabricar otro como en "La mecánica del corazón" para que todo sea más soportable ,ya el material es cosa tuya.Un beso y arriba ese ánimo que tu ciudad está muy bonita ya!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Prrrrffff!!!
      Será por corazones. El mio tiene mas remiendos que la colcha de la abuela.

      Eliminar
  6. Aunque pienso como Cobacho (dulzona la entrada...) pero me gusta... y lo que es peor; me gusta mucho.
    Por que es así, porque duele, queramos o no, y quizá, deberíamos darle las gracias por dejarnos, al menos, ese alfiler que nos ayude a acordarnos de ella a cada latido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi el corazón no me deja de latir. Pero ahora busco que lo haga por otra. Se llama Córdoba. ¡Y no falla!

      Eliminar
  7. Ay, qué bonito es el amorrr...

    Pero sí, te ha quedado muy propio. Si es que hasta los más duros tienen su momento sentimental. Qué sería de nosotros si no fuese así.

    ResponderEliminar

¿Qué me dices?