Hace tiempo que no hago una lista de regalos. Es lo que tiene no necesitar nada. Pero ahora, la sonrisa mas bonita de Córdoba y parte del extranjero, no está en casa. Y eso es algo que llenaba mucho.
El caso es que me he dado cuenta que necesito un montón de cosas. Iba a esperar para mi cumpleaños, o que llegase San Bubo, pero aprovecho el día este y... por pedir que no quede.
- Equipo de música. En casa la música es imprescindible. Es necesario un guitarrista que recorra el baño, la cocina y se meta en las habitaciones. Una voz suave, o ronca, que le acompañe. Me gusta el ruido, perdón, el sonido rondando por la casa. (Incluso soy capaz de escuchar un rap si viene de la mano del hijo ese que tengo y tiene mas variedad musical que Radio3.) El caso es que la radio y el ordenador se me queda corto. Básicamente porque el ordenador va a pedales. Spotify me dice que, o actualizo el Sistema Operativo o les diga adiós en los próximos meses. Ni siquiera necesito un reproductor de LP, que tampoco le hago ascos porque llevo lo menos tres años de no poder escuchar algunos discos de vinilo que siguen pululando por la casa, me conformo con algo básico. Con poquita potencia, en mi caja de cerillas la música llega bien a todos los rincones sin dar mucha caña. Además mi vecina y yo no coincidimos en gustos musicales y no es cosa de imponerlos. Algo que suene bien, que sea capaz de poner música y a ser posible no me ponga triste.
- Una sonrisa nueva. La mía se la han llevado entre algún libro o se ha roto. Supongo más la segunda opción que la primera. El caso es que me cuesta mucho sonreir. Consulté con el Joker pero las opciones que me daba para tener una permanente las veía excesivas. A fin de cuentas tampoco necesito hacerlo todo el tiempo. Solo de vez en cuando. Pero que sea creíble.
- Ordenador. ¡Imprescindible! Este regalo, además, creo que va a ser de esos que si no llegan el día diecinueve lo va a hacer en breve. El último ordenador lo compré hace mas de 20 años. Un pentium, acababan de salir, de 75Mhz. ¡Un maquinón! A tomar viento los 486. Me duró ese ordenador un montón. Después... he ido aprovechando todos los que la gente iba arramblando. Tengo mas accesorios en casa que una gitana de feria con todas las computadoras que he montado y desmontado. ¿Sabeis eso de en casa del herrero cuchillo de palo? ¡Pues eso! ¡Que ya toca! Además necesito memoria, la mía cada vez va a peor y tengo que guardar miles de fotografías, de entradas, de besos que no quiero que se olviden. Que no puedo permitir olvidarlos. (Y otro disco duro para copias de seguridad.)
- Caja de herramientas. A ser posible con libro de instrucciones. Nunca me han gustado las manualidades. El bricolaje, los talleres de decoración, y cualquier cosa que haya que hacer con las manos, que no sea escribir o hacer fotos, no me llaman la atención. La electricidad, serrar madera, apretar tornillos, pelar cables y taladrar... ¡No! No entran entre mis gustos. Así que mi "caja de herramientas" se basa en una navaja suiza, fixo y chinchetas de colores. Me he vuelto a quedar algo perdido en esa materia. Por cierto... una cosa es que no me guste y otra que no sepa. (Tampoco se me da mal, sobre todo con la ayuda de los tutoriales de youtube.)
- Flexo. Resulta que, entre otras cosas, he recuperado la costumbre de leer hasta las tantas. Y vuelvo a necesitar una luz que no venga de una linterna comprada en los chinos con una bombilla led.
- Manos expertas. Como dice el gran Ariel Rot: Voy perdiendo tolerancia. Necesito manos expertas. Ni masajes, ni masajistas, ni nutricionistas, ni entrenadores personales, ni psicoanalistas ni cremas faciales... Lo que necesito son manos que me ayuden a caminar, que sepan acariciar cicatrices porque también ellas las tienen. Manos expertas que sepan señalar los caminos, manos expertas que también se dejen guiar. Esto lo necesito como agua de mayo. (Incluso más que la música.)
- Almohada. En los últimos días duermo con cojines. A mi siempre me ha importado poco el grosor de la almohada pero parece que me he acostumbrado mal. Quizá eso forme también parte de mi insomnio. (¡Ojalá fuese eso!) Cuando te giras por la noche y la cabeza se precipita por un barranco de almohadones el cuerpo, que ya estaba en standby se pone alerta y el respingo nocturno es alarmante. Eso por no hablar de lo fríos que están entre unos y otros. Vamos que tampoco pido tanto. Una cosita normal. Por cierto, mi cama es de metro cincuenta, pero tampoco hago ascos a una almohada mas pequeña.
- Líbido. Resulta que la tenía tan concentrada en una persona que ella era la que hacía que se expandiese al resto de chicas/mujeres. Las demás eran guapas porque se parecían a ella. Bueno pues resulta que, ahora que no está, se ha quedado con toda la líbido que tenía. Vamos que el otro día vi a una chica de veinticinco años con unas tetas impresionantes y en vez de babearle en el escote, como estaban haciendo el resto de maromos del pub, en lo que pensaba era en los problemas de espalda que debía tener la pobre. ¡Coño! Y así no se puede ir por la vida.
- Un Gandalf. ¡Si! Lo has entendido bien. Un Gandalf, un mago que me saque de mi ostracismo y me lleve
Arwen - Liv Tyler. |
De momento me planto. Esta entrada se está haciendo larga aquí solo hay deseos, o deseos de planes. O... tonterías varias. El regalo que quiero, el que de verdad necesito no he sido capaz de agregarlo a la lista. Quizá por que ese es cosa mía y me lo tengo que currar yo.
Lo siento, papá, se me ha acabado la tinta en el bic y quizás no lo haya apuntado todo. En fin que desear está bien pero no podemos hacer horas extras fuera del día de Reyes. También es cierto que la intención es lo que cuenta.
ResponderEliminarFeliz Día del Padre en el que yo también estoy implicado.
Ya le digo... por pedir que no quede.
EliminarFelicidades Doktor.