25/3/11

Miedo.

Le gustaba el chico. Por él había subido montañas, escuchado conciertos de Sinkope y, seguramente por él, tenía esa sonrisa perenne. Se vio feliz y entonces... le volvió a entrar miedo. Buscó en la agenda un número que no había marcado en años.
- ¿Carlos? - Preguntó.
Y una voz pareció alegrarse al otro lado. 
- ¿Que te parece si quedamos esta noche? Nos emborrachamos y terminamos follando como locos. - le dijo.
- Te preparé la cena, una comida especial, charla, y después...
- No. No puedo. Solo beber, beber mucho, un polvo y vuelvo a casa. ¿Vale?
Y al otro lado del móvil, la voz alegre, se entristece antes de asentir.

13 comentarios:

  1. Para Jart... que le debo uno desde "La Hucha".

    ResponderEliminar
  2. Pues sí, me la debías. Pero muy bien "pagada". :)

    ResponderEliminar
  3. es que las mujeres algunas veces somos tontas, no se si por miedo a quedarnos solas o que... pero definitivamente idiotas!

    ResponderEliminar
  4. Jartitta... hombre muy bien tampoco.

    Juana... creo que no es privilegio especial de las mujeres y desde luego miedo tenemos, pero no a quedarnos solos. Este miedo es más a comprometerse, a no querer tener ninguna dependencia de nadie, a... a saber.

    ResponderEliminar
  5. Ufff
    ¡Qué joío eres con tus micros!

    Me pillas en un impasse.
    Ni un lado del auricular ni el otro me valen...

    ResponderEliminar
  6. Fiebre... porque eres valiente. Sin miedo. Y tienes las cosas bastante más claras que yo.

    ResponderEliminar
  7. Hombres, mujeres... todos con los mismos miedos absurdos! si es que somos tontos del culo

    ResponderEliminar
  8. La tentación de caer en el Plan B como consolación debe ser de las más difíciles de evitar, pero hay que ser fuerte!

    ResponderEliminar
  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  10. y como siempre, Buho, me gustan tus entradas/comentarios, por lo poco pretenciosos que parecen, pero siempre taimado...(antiguo anónimo..de los últimos posts)

    ResponderEliminar
  11. Me alegro de poder poner un nombre a ese anónimo.

    ResponderEliminar
  12. Y me haría zahorí para en yermos desiertos rastrear manantiales, de esos que duermen despiertos esperando oír tus huesos para hacerse fluviales... No creo que escuchar a Sínkope sea ningún sacrificio, desde mi humilde opinión.

    ResponderEliminar
  13. Los miedos tan tontos que le entran a uno de vez en cuando. Y la manera de volver que tienen.

    ResponderEliminar

¿Qué me dices?