Teleras.

Cada vez voy menos a esa panadería pero es la que tiene las mejores teleras del barrio y solo las compro cuando tengo todo el día para disfrutarlo. Nada más entrar, Rafael, el panadero, me pregunta por mis padres. Entonces sonrío y les digo que están bien, que se apuntan a todos los viajes del Imserso que pueden y que últimamente les ha dado por hacer senderismo. Que el único que se queja es mi  padre por las caminatas que le hacen dar pero que después se recompone con su medio y su partida de dominó en el bar de abajo. Rafael me pide que les dé saludos de su parte y me dice que a ver si aparezco más por allí. A los dos se nos ve contentos. De todo esto hablo con el panadero cada vez que lo veo, pero... lo que no le digo a Rafael es que cuando compro teleras recuerdo a mi padre preparando el aceite con ajos y bacalao, a mi madre haciéndonos a todos un Colacao, lo que no le digo a Rafael es... que hace dos años que murieron.