22/11/10

Cuatro segundos.

El pecho se le comprimió. El aire no entraba en sus pulmones y el corazón parecía querer estamparse en el parabrisas del coche. En la cabeza bolas de acero le rodaban de lado a lado, llenándola de surcos, rompiendo esquemas o algún neurotransmisor. La garganta era el nudo marinero que nunca aprendió a deshacer y en los ojos, brillantes como luces de puticlub, aparecía un conato de lágrima. Fueron solo cuatro segundos. Cuatro segundos en los que volvió a tener miedo, cuando los problemas se le volvieron a acumular sin permiso. Cuatro segundos en los que giró el volante para deternerse en el arcén, y darse cuenta de que era vulnerable, muy vulnerable. Después… mirar a través de las lágrimas el cielo, ver una luz al horizonte, entre pisos, cuando amanece sin avisar para engañarse pensando que esta vivo, que hoy, al fin y al cabo, puede ser un buen día. 

P.D. ¡Si vale! La foto no acompaña al texto. ¡Y que? No os he dicho que puede ser un buen día. ¡Incluso siendo lunes! Y a mi la Loren me pone con esas curvas. 

4 comentarios:

  1. Hoy puede ser un gran día. Ya lo dijo Serrat.

    Sí, hijo, sí. La Loren es mucha Loren.

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  2. la verdad es que me ha despistao un rato largo la foto con el texto....y tube un accidente que el coche fué para el desguace, pero mira tu, aqui seguimos.....

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  3. Lo mejor es que en la carretera, aunque lo que tengas ganas es de acelerar, siempre hay un arcén donde poder frenar.
    Un fuerte abrazo.

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  4. Jo Tesa... fue un día genial.
    Juana... estoy jugando al despiste.
    Anónimo... Cada vez corro menos en carretera y voy disfrutando más. Y algunas carreteras de arcén van fatal, me conozco algunas con vista al mar y faro de 4-12-2 que se las traen. Otro abrazo para ti. ¿O te mando besos?

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