14/5/10

...de almas, piedras y esperanzas.

  
   Guardó parte de su alma en una piedra plana. Se descalzó y se acercó a la orilla mojándose el pantalón. Con toda su fuerza la arrojó al mar, saltó cuatro veces. El mismo número de lágrimas que salieron de sus ojos. Se humedeció la cara con el agua salada para no distinguirlas. Las próximas horas serían duras. Se tumbó y comezó a calzarse. No se preocupó de limpiar la arena de su pies. Solo sería un momento, unas horas. Con paso trastabillado entró en el pub sabiendo que sería la última vez.
    Nunca recuperaría esa piedra, pero tenía la esperanza de que alguien se la volviese a entregar, quizá en otro en lugar..., quizá en meses..., en años. Quizá incluso... una piedra parecida con otro trozo de alma que se ajustara a la suya.

3 comentarios:

  1. Espero que pronto encuentres ese piedra que ajuste perfectamente, sin dejar rasguños al encajar!!

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  2. cuanto estás escribiendo!!!!

    no sé.........

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  3. Si... y más que hay por ahí. Pero es que no doy con lo que quiero decir. O como decirlo. Me he perdido un poco en estos días. Y hay temas que me superan... ¡Me centro en dos dias!

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