Nos están cableando el parking. Si, cableando, de cables. Para lo otro, para cabrearnos, ya está el mismo parking, los turnos partidos, los jefes y sus geniales ideas. El caso es que en la cabina, saliendo de un boquete del techo, y llegando hasta el suelo, no podía ser de otra manera, se encuentran varias tiras de un cable que al principio llamó mi atención. No por que ocupase medio metro en el suelo, ni siquiera me sorprendió ver la loseta del techo por allí tirada, no. A mi me gustó el color.
- ¡Coño!¡Mira Ignacio!¡Morao de Viernes Santo! En Priego nos juntamos todos con estos colores.
- ¿Viernes Santo? - Me comenta Ignacio - No se... a mí me recuerda el color de la ropa interior. De unas bragas.
- ¡Joder! Luego decís que el que está salido soy yo.
Vuelvo a mirar el puto cable y entonces... ni nazareno, ni paso liguero, ni nada.
Me pongo cardíaco solo con rozarlo.
Tendras que tener cuidado con los colores, por lo de la subida de tension.
ResponderEliminarUn beso.
Estamos muy hambrientos, Bubo.
ResponderEliminarEs que me entusiasmo con cualquier cosa Gilda. Me encanta el rojo y ahora en Navidad... no puedo evitarlo ayer le toque el culo a un Papa Noel.
ResponderEliminarSi Tesa... muy habrientos. Polvorones los que quieras pero yo me pido algo con menos sílabas.