29/10/24

Crisis de los 50.

Quiero hacer de todo. Menos trabajar. Salir, follar, comer, hartarme de comer y escuchar mil conciertos, visitar todas las exposiciones a 100 km a la redonda, y planear algún viaje para las que están mas lejos. Vivir y escribir y leer, leer mucho. 

Si tuviese dinero estaría comprándome una moto, cambiando todo el armario y me conocerían en los aeropuertos de media España. Sería el sibarita del gourmet y comenzaría a deslizarme con squies por las pistas de nieve y con zodiac, lo menos, por los puertos de Huelva a Valencia. 

De momento mi crisis tiene que quedar en stand by. Pero sigue ahí, esperando que encuentre el tiempo, que tenga el dinero, esperando mientras ve como llega la de los sesenta y pueda viajar con el Imserso al menos. 

27/10/24

La ventana.

 Mirar por la ventana cuando llueve. 

Esperar tu paraguas. 

Tu andar pausado 

y tu ritmo cansino 

del trabajo. 

Mirar por la ventana 

y verte llegar. 

¡Eso es Felicidad!

26/10/24

Donde si, y donde no.

 

Tú debes ver a tu pareja en tu zona de seguridad. Y si no lo ves, algo no va bien. No quiere decir que se acople como pegatina de Heineken pero al menos que no te de reparo que esté allí. 

@irenpower dixit. 


25/10/24

Soy Rompetechos.

Creo que alguna vez lo he dicho: ¡Tengo suerte! 

Tengo pocos amigos que se portan muy bien, una familia que no merezco y, si bien el trabajo es chunguillo, los compañeros son la hostia. ¡No solo los mas allegados! También el resto, de los que pululan por el curro. 
Tengo un nene que, aunque siga los pasos del imbécil de su padre, no es tan tonto.
Tengo una pareja que tiene mas paciencia que el Santo Job, mas generosa que la lotería del niño y riete del tipo de la Bellucci cuando decide decir "aquí estoy yo". 

Tengo suerte. 
El problema es que tengo la vista de Rompetechos y me cuesta verlo. 

24/10/24

Pitingo - Gwendolyne Video


A mi, que este tipo no me gustaba, me pone los pelos de punta desde el día que lo escuché en La Noche Blanca del Flamenco en Córdoba. Que no es por la música, es por recordar con quien estaba. 

20/10/24


 Tengo por costumbre, cada vez menos, poner alguna fotografía en el blog. Creo que fue Tesa y sus grises y verdes quien me acostumbraron a hacerlo. (Le perdí la pista y la echo de menos.) Al principio, con un vástago menor de edad, no quería que se supiese si quiera que me ponía a escribir Mis primero relatos no son desde luego para menores, así que bloqueé los post. Quizá alguna vez me arrependí pero... ya va por los 23 y tampoco muestra mucho interés en lo que hace su padre. ¡Ya me da igual!

El caso es que hoy me he acordado de esas fotografías, casi todas sustraídas de internet sin ningún pudor, cuando la web era ese sitio donde todo estaba permitido y apropiarse de cualquier cosa no estaba tan mal visto. Bueno... como ahora. En algunas fotografías ponía el autor, la web de donde la había sacado o... ¡Ni caso! Casi ninguna lo tiene y ya no voy a cambiarlas a no ser que alguien me lo pida. 

Hoy me hubiese gustado poner una de esas fotos, una mujer (es curioso ya casi nunca pongo chica) casi desnuda y sugerente, en blanco y negro por su puesto, algo erótico que me hiciese pensar en como era antes. Casi no me conozco de los primeros post cuando en un año había cerca de 200 entradas. ¡200! ¿De donde sacaba el tiempo? ¡Ah si, ya! Era lo único que tenía. Bueno que he estado buscando y al final me he dicidido. ¡Ninguna mujer! Pero el recuerdo de esta luna de Noviembre me ha puesto a mil. Quizá algún día escriba por que. Pero es que ya... este blog es también para menores, o me estoy amariconando. (Que ya lo dijo una amiga cuando empecé con la fotografía.)



De Benedetti, que me lo han recordado.

 

Si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.
Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.
Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.
Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.De 

17/10/24

Que te parta un rayo.

 - ¡Que te parta un rayo! - Le dijo Carmen al hijo de la grandísima puta que acaba de violarla.

- Que te parta un rayo, cabrón. - Volvió a repetir mientras el tipo se recomponía y salía silbando de la celda donde la habían retenido sabe dios por qué.

Y llegó un día, veintitantos años mas tarde, en que por fin se sintió bien. El agua caía abundante en el pueblo y los truenos se escuchaban cada vez mas cerca del rayo. Se sorprendió de lo agradable que le resultaba la vida en ese momento y entonces Angelita llegó a casa empapada. El chaparrón le había pillado en la calle pero el sobresalto lo traía en el cuerpo. 

- Se ha muerto Domingo Guzmán. Lo ha fulminado un rayo. Por Dios que pena de hombre. 

Pero Carmen respiró profundamente y sin decir nada comenzó a sonreír para el resto de su vida.  




(A partir de un relato que ha leído hoy Francisco A. Carrasco.)

16/10/24

El almuerzo desnudo

 Solo hay una cosa de la que puede escribir un escritor: lo que está ante sus sentidos en el momento de escribir.


William S. Burroughs



15/10/24

Paejazz

 Llueve, me he perdido en Valencia y solo sé que estoy cerca de Mestalla. ¡Joder que feo es el campo! Recuerdo hace año, la primera vez que vine, que también me perdí. Ahora hay móviles y parece mas fácil encontrar el sitio. ¡Los cojones! Ha pasado dos veces por la misma calle. ¿Dondé coño estaba esta mierda de pub? ¡Paso! Lo dejo. ¡A tomar por culo el móvil y el sitio! 

Me decido a volver a la avenida y parar el primer taxi que vea. Y entonces alguien sale de un tugurio oscuro para fumar, tres notas le acompañan antes de cerrar la puerta. ¡Ahi! Ahí estaba. Solo había que escuchar. Como si fuese un marinero tras la sirena sigo la música que sale con tres fumadores mas. 

Entro y una barra sugerente me enfila al escenario. Tres tipos están tocando. Un piano, un tenor y un batería. Tienen a los parroquianos estáticos, con el movimiento de un pie llevando el compás, la cabeza adelante y atrás y alguno con los dedos martilleándose la pierna como si fuese el teclado. A mi me sube una sonrisa nada mas verlos. Me esquino en la barra y me sorprende, además, una morena con el pelo recogido que me pregunta que quiero. Por un segundo creo que lo tengo todo pero la costumbre me hace pedir un whisky solo. Le señalo la botella de Glenfidich, la noche lo merece después del aguacero que he padecido por culpa de esta gente. 

Ritmos cambiantes, solos, y tres whiskys después salgo del BlackNote con una sonrisa de oreja a oreja. Ha parado de llover  pero aún chispea. ¡Joder, creo que hasta se ven las estrellas! Si el Turia no estuviese seco sería ideal ver reflejarlas en el agua. Da igual. La última copa me acompaña dentro de un vaso de plástico y aún puedo escuchar ese poquito de jazz que retumba en el whisky.