21/8/22

No mires.

 Es la segunda vez que pasa delante de mi. En mi cabeza solo hay un pensamiento: ¡No le mires las tetas tan descaradamente! ¡No le mires las tetas tan descaradamente! ¡No le mires las tetas tan descaradamente! 

Y ella, entonces, parece verme. Se acerca al mostrador de información. ¡No le mires las tetas tan descaradamente! ¡No le mires las tetas tan descaradamente! Con mi mejor sonrisa finjida le pregunto que desea. ¡Tetas! ¡No le mires las tetas tan descaradamente! Y vuelvo a sus ojos. Ella confiada, parece relajada y se deja caer en el mostrador alto. Ese que es capaz de sostener el pecho a la altura de los ojos. Y ella pregunta algo. Y solo puedo pensar... ¡al menos no babees! ¡No babees! ¡No babees!



4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¡Es difícilíílisimo! Casi imposible. Hay que mirar. Y solo puedo esperar que no se ofenda. Pero... ¡Hay que mirar! ¡Está ahí!

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  2. Cariño, como no vas a mirar! Son preciosas!

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