22/11/19

Mala noche.

Acaban de dar las doce. Lo sé por que aún el móvil me avisa cuando comienza el día con un pitido liviano. Liviano pero mas que jodido. Afortunadamente vuelvo al sueño sin despertarme por completo. 
Debo haber dormido bastante. Pero he tenido un sueño espantoso por culpa de las clases de inglés. Tartamudaba y no podía terminar la palabra: designed. Después teníamos un listening y tenía puestos mis auriculares. Cuando preguntaron yo contesté completamente convencido: Should I stay or shourld I go now? If I go, there whill be trouble and if I stay it will be double. Mis compañeros de clase empezaron a descojonarse y no entendía por que. El profesor me pidio que dejara de escuchar a The Class y pusiera atención a la conversacón que había puesto él. Es entonces cuando consulto el móvil. ¡Joder ni tres horas de sueño! No debí haber cenado tan tarde. Mal empieza la noche si ya estoy insomne. 
Afortunadamente no tardo mas de veinte minutos en volver a dormirme. Vaya, esta vez es un sueño placentero, o eso parece. Estoy en un centro comercial, no se si abierto o cerrado. La gente está feliz y en un rincón un bichejo come tranquilamente. Pero se da la vuelta, es como el Topogigio pero en feo. Una rata grande con orejas descomunales que nos asquea a todos los que estamos cerca, a todos menos a una inglesa que lo llama como si fuese un gato de angora. La rata en vez de salir por patas ahuyentada por el griterío de la mayoría se pone a andar en dirección a la señora. Esta se inclina y cuando la rata asquerosa está a su altura se acerca para besarla. Los que estamos en el centro comercial gritamos. ¿Pero que haces, no ves que es una rata? Mrs Smith nos dice en un perfecto inglés algo así como: Don´t worry, this jerbo is lovely but smell like child´s vomit. Y entonces aparecen un montón de carteles con niños pequeños vomitando. Reconzco a uno. 
Me vuelvo a despertar. ¡Me cago en la puta! Pero que coño me pasa hoy. Si ademas, nunca me acuerdo de lo que sueño. Y lo pero... Una hora, que no son las cuatro y media y tengo por delante al menos otras dos horas de sueño que estoy desperdiciando con ratas o jergos asquerosos. Intento no coger el móvil, no voy a caer en la tentación de mirar twitter o noticias, ¡no! Hay que dormir. Vuelvo a intentarlo. 
¡Mierda! Al final llego tarde. El despertador no me ha sonado y me he levantado con el de Silvia. En un momento estoy en la ducha mientra ella aún se despereza. Cuando sale de la cama y ya estoy casi vestido y cojo mi mochila. El teléfono sigue sin dejarme usar la aplicación de muving y tengo que ir andando. Cuando llego M. está de morros. Lleva media hora esperando que aparezca Cuando se va me doy cuenta que no es mi turno. Que no soy yo quien tiene que que estar currando así que espero pero va pasando el tiempo y no viene nadie, lo peor es que llego tarde a mi turno de verdad y llevan mucho tiempo esperando. La persona a la que, de verdad, tengo que darle el relevo esta muy cabreado. Una hora tarde. Nunca he llegado tarde al trabajo. 

Vuelvo a despertar. ¡Me cago en to lo que se menea! ¡Las seis y cincuenta! Faltan diez minutos para que suene mi despertador. ¡Paso! Me levanto ya. No volveré a cenar tarde en lo que queda de año. Bueno... hoy es el concierto de Los Zigarros... No sé, quizá... al fin y al cabo tampoco esta tan malo no. Y hoy el día promete aunque esté llenito de agua. 




5 comentarios:

  1. Hace tanto miedo que no recuerdo qué sueño que me conformaría con una pesadilla.

    Los propósitos los hacemos para no cumplirlos. No creo que nadie los cumpla a cabalidad.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Normalmente tampoco yo los recuerdo y visto lo visto... casi mejor seguir así.

    ResponderEliminar
  3. Algunas noches son, simplemente, para sufrirlas.

    Saludos,

    J.

    ResponderEliminar
  4. me gusta leerte sonrio y te dejo un beso

    ResponderEliminar

¿Qué me dices?