15/7/17

La cita.


Llega temprano. Aún le quedan dos horas para su cita con el médico. Quizá debería esperar en una de esas sillas incómodas donde los pacientes se preguntan por el número y sus dolencias pero decide salir a la calle. Allí, sentado en un poyete, ve pasar la vida en vez de la muerte.

 No me ve cuando llego por su espalda y le susurro que hoy no tendrá que aguardar que lo llamo su médico. Que su hora ya ha llegado.

1 comentario:

  1. Así llega muchas veces, por detrás y sin hacer ruido.
    Como los buenos relatos, que te pillan casi siempre por (agradable) sorpresa.

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