Llegó al local siguiendo las indicaciones que había recibido. Su torpeza le había hecho dar mas vueltas de las que pensaba. Incluso la barba recien afeitada se asemejaba a la de un hipster incipiente. Abrió con la llave que traía el sobre. Ese que ponía: Urgente. En
Sus amigos hacía tiempo que habían acabado con el festín que le preparaban para su sesenta aniversario. Ahora se devoraban unos a otros.
UN LUNES PARA SENTIRSE PLENA
Hace 10 horas
Una buena comida caníbal
ResponderEliminarQue cuando entra la "guza" no miramos a nadie.
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