- Siempre te han gustado jovenes pero... ¡Coño Antonio! Que ya tenemos una edad. Vaya niña te has traído a la fiesta.
- ¡Que es mi hija tío!
- ¡Hostia! ¿Tu chica, Lucía? ¿La que había que montarla siete veces en los caballitos de feria?
- ¡Esa misma! - Mira como está, dice el padre orgulloso viendola dirigirse a la barra.
- ¡Joder! Entonces... ¿Me la puedo ligar yo?
Conversación extraída de una fiesta ibecenca con muchos amigos divorciados.
Y es que tenemos una edad en la que para ciertas cosas aún no hemos aprendido a decir que no.
Jo, jo, jo!!!!!
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