11/12/14

Invitaciones de Navidad.

¿Recuerdas el día que ella se colocó un pijama de franela? ¿Como podía tener morbo un pijama así? ¡Pues lo tenía! Por que era la primera vez que se lo veías. Era algo nuevo. Una alegría. Una manera de decir que había la suficiente confianza para que empezase a primar la confianza, el estar a gusto con una persona antes que el sexo. Y ahí, ese día. Ese en que empezó a entrar la confianza, la comodidad, las risas bajo el nórdico y la película en el sofá sin terminar comiéndose a besos. Ese día entro también la rutina.
No te diste cuenta porque lo hizo como un invitado de esos invisibles que se cuelan. Atrancó la puerta con un pie y no llegaste a verla pero se quedó en casa. 
Y ahí estamos. Mandando invitaciones de Navidad a aquellos día que se se fueron con sorpresas, con ropa interior de sexy, con besos en los rincones. A ver si uno de estos días, si no vienen a casa, los encontramos en cualquier esquina y caen algunas cervezas juntos. Como antes de que la rutina ocupase todo el piso. 

4 comentarios:

  1. Yo como nuca he usado pijama. ... creo q voy a empezar a usarlo ahora

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  2. La franela pica y pincha jajajjajaja pero no tanto como la tediosa y mortal rutina. Yo la he mandado de vacaciones aunque sea por Navidad

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    1. Lo malo es que a veces te espera a la vuelta y es mas tediosa.

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