Para llegar a la piscina tenemos que sortear unos hongos que son el palacio de David del Gnomo. De camino hay bichejos que no le cogen en la boca al amigo de Simba, el rey león, y cuando por fin llegamos a la orilla, las piedrecitas de los azulejos raspan mas que la lija de 60, eso si, como si fuese pegamento imedio.
- ¡Oye! ¿Nos tiramos de cabeza?
- ¡Ahí! ¿Tú estas locos? Si no nos quedamos pegados al azulejo lo mismo nos ahogamos. Yo no me mojo la cabeza en ese agua.
- No seas exágerao. -Dice. Y haciendo el amago se tira a la piscina.
Su cuerpo no llega a entrar en el líquido. Un pez enorme da un brinco del agua verdosa y se lo zampa en un santiamén.
Aterrado reculo para atrás. Estoy cerca de la orilla. Lo mismo es capaz de salir fuera del agua y engullirme como a mi colega. Piso uno de esos hongos que pululan por la piscina. Resbalo y caigo en el suelo. Millones de insectos se acercan a mi piel. Suben por mis piernas, por mis brazos. Me levanto rápido e intento sacudirlos mientras voy dando golpes en el suelo. He roto varios setas, algún arbusto y queda una especie que no distingo entre los dedos de la mano izquierda. Sigo buscando la salida. Está cerca pero unos gnomos de jardín me esperan con aperos de jardinería y labranza. El bichejo de la mano me muerde y parece querer entrar dentro de mi. Los gnomos sonríen. Uno me golpea en la pierna. Vuelvo a caer. Los bichejos vuelven. Los gnomos me apalean. Ya lo dijo me madre:
- No te bañes después de comer.
Y, como es natural, tu madre tenía toda la razón.
ResponderEliminarLas madres siempre tienen la razón. A ver quien es el guapo que se la quita. (Creo que la tienen porque la esconden en esos sitios que solo ellas saben encontrar.)
EliminarLas madres suelen dar buenos consejos. ¡Lo que cuesta seguirlos!
ResponderEliminarLas madres, como los jefes, dan muchos consejos y piensan que todos son buenos. (Y no todos lo son. Ya era hora que aparecieras.)
EliminarSi mamá lo hubiera explicado así de bien...
ResponderEliminarMe ha encantado. Un beso
Nos dicen lo de la dos horas de la digestión para no meternos el miedo de por vida.
Eliminarahora que soy madre lo entiendo todo!!
ResponderEliminarEstoy convencido de que tú eres de las que pagas a los gnomos para dar la paliza.
EliminarGNOMOS ,SETAS Y BICHOS...¡ME GUSTA!
ResponderEliminarPERO...¿QUÉ TIPO DE SETAS ERAN???
Ni idea. A mi ni siquiera me gustan los champiñones. Eso si, fotos tengo un jartón.
Eliminarjo qué bueno, Bubo! pero estoy de acuerdo con Lorena, qué tipo de setas eran y que rulen!
ResponderEliminar¡Que no, que no! Si hay que hacer fiesta de alucinógenos con tripis, coca y cosas de esas. De lo natural me fio poco.
EliminarNi después ni antes de comer... ¡a quién se le ocurre ir a la piscina! jejeje
ResponderEliminarLa piscina es ese habitáculo imprescindible en el verano cordobés. Quieras o no... ¡Tienes que pasar por ahí! Por mucho miedo que de.
Eliminar