Nunca mas.
Que fácil era decirlo antes.
Cuando las primeras veces nos sorprendían
tanto como a los amigos, la familia, los compañeros.
Cuando aún nos conocíamos poco
y pensábamos que éramos buenas personas.
Que convicción: Nunca mas.
Y nos lo jurábamos por lo mas sagrado
que hace tiempo dejó de serlo.
Ni a recuerdo llega.
Tuvo que llegar Bond para decirnos:
Nunca digas, nunca jámas.
Y quizá a él le creímos mas que los amigos,
la familia, los compañeros.
E instauramos el Quizá en el lenguaje.
El Casi delante del Seguro que...
Lo mas probable, A lo mejor.
Cualquier coletilla que rebatiese la seguridad.
Y si es que si algo se me quedó claro es que casi nunca mas, diré nunca mas.
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