Tu último beso no me llegó.
Lo mandaste mientras conducías
y pisabas el acelerador.
Hacía frío y tenías las ventanillas subidas.
Te llevaste dos dedos a la boca
y lo enviaste al retrovisor.
Tú último beso se quedó en el coche
y voló rozando el techo
con la calefacción tan alta.
Buscó acomodo, como un niño,
en el asiento de atrás.
Mientras yo seguía esperándolo
en la parada del autobús.
Tu último beso se escapó
cuando llegaste a destino.
Las puertas del coche abiertas
lo liberaron.
Y acaba de llegar a casa, tantos meses después
a mis labios.
Qué bueno y qué bonito.
ResponderEliminarGracias Tracy. Lo tenía en algún cuaderno olvidado. Casi tanto como aquellos besos.
EliminarMa gutao
ResponderEliminarMe encanta!
ResponderEliminar