7/10/20

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 Alguien me persigue. He visto su sombra, casi puedo olerlo pero la panadería de la calle me despista. Es curioso como ni siquiera de madrugada no puedo estar solo. Lo peor es esa sensación de seguridad, de hogar, que tiene el pan recién hecho. Como si el olor de un horno, de una candela, fuese sinónimo de estabilidad, de confianza. Me cobijo en el portal de la panadería. La sombra se aproxima. Una navaja asoma en su mano. Cada vez mas cerca el brillo del acero y solo se me ocurre cerrar los ojos para evitarlo. Me concentro en el olor que llega dejando de lado el pan.  Ahora si. Mi perseguidor huele a Evento, la de años que no volvía a entrar en mi cabeza ese olor. La puerta se abre. 




- Toma Carmelo, tu pan. - Le dice el panadero acercándole una bolsa de plástico del que sobresale una barra.  

Con la navaja corta la mitad y mete las dos partes en la bolsa de plástico antes de hacer un nudo con ella. Los dos me miran. 

- ¿Y usted... que desea? Me pregunta el panadero. 

Y recomponiendo mi miedo matutino le pregunto si me podría dar dos molletes. 


13 comentarios:

  1. Spray de pimienta... por si acaso.
    Besos.

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    1. Uno de los vigilantes de seguridad de mi curro lo trajo una vez y lo echó en la sala. ¡Vale fue una broma! Pero nos estuvimos cagando en su puta madre tres semanas.

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  2. Los recuerdos están a la vuelta de la esquina y a cualquier hora y más si intervienen los olores.

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    1. Es un gustazo el olor a pan. Supongo que el micro viene a lo bien que me sienta ir al pueblo y encontrar la panadería tan cerca. Cada vez que se abre la puerta huele que alimenta.

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  3. Tenéis suerte los que aún no perdisteis el olfato como otros y éste, generoso, os reconforta con suculentas y misteriosas sombras del ayer.

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    1. Uno de la infancia, de adolescencia, ¡que coño! de ayer mismo. Es el de los jazmines. Es un olor que puedo asociar a mi vida y siempre con buenos recuerdos.

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  4. Es que el de la navaja debía ser muy previsor... quizás debería sacarla más tarde.

    Saludos.

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  5. así menos no regresaste con las manos vacías
    un beso

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  6. Excelente relato.
    Ya me imaginaba el baño de sangre inevitable.

    Saludos,

    J.

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  7. Jaja, me ha encantado el final. Y también me ha gustado mucho esa idea de que la panadería y sus olores inspiran seguridad y sensación de cobijo.

    Un saludo.

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