29/6/17

La ducha.

No recuerdo si era ella, o yo, quien salía de la ducha. Pero nos encontramos desnudos uno frente al otro y comenzamos a besarnos. Ella me mordió el cuello y con sensualidad me quitó la cadena que llevaba. La dejó en el lavabo y siguió mordiendo. Fue entonces cuando vi como resbalaba la cadena y entraba en el desagüe la agarré en el último eslabón antes de que se perdiese en las profundidades pero me arrastró con ella. 
Pensé que nos quedaríamos en la tubería, asquerosa por cierto, pero seguimos deambulando hasta entrar en la cañeria general. Por el sumidero escuchaba su voz llamándome. Se me antojó un viaje eterno hasta que llegamos al desagüe principal de la ciudad. Allí, prendida de una enorme rata la cadena colgaba lustrosa. Yo, en cambio, nunca me había sentido tan sucio. Fue una lucha desigual. Algún mordisco del roedor me pilló desprevenido pero pude arrebatarle la cadena. Subí por una de las escaleras de la cloaca. No estaba lejos del piso y el retorno ansiado se hizo angustioso con las miradas de los vecinos. 
Llamé y no abrían. Lo volví a intentar golpeando la puerta, a timbrazos y con gritos. Aparecieron los vecinos y por fin, con una toalla cubriéndole el pecho y otra para la cabeza apareció ella. 
Si, ahora lo recuerdo, era yo quien salía de la ducha y ahora volvía a entrar. 

8 comentarios:

  1. me gusta como escribes y el latido de tus letras gracias por comentar en recomenzar
    un abrazo desde Miami

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    1. Un gustazo tu blog. Me permite que le prepare un café y nos volvemos a leer.

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  2. Estupendo texto, realmente emocionante y sugestivo.
    Saludos

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    1. Honor que usted me hace Doctor Krapp. Gracias.

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  3. Malditos vecinos fisgones...

    Saludos,

    J.

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  4. mucho valor sentimental tendrá la cadena, si dejaste a la chati en pelotas y calentándote el cuero, no?

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    1. Hace años que cambié mi cadena por un cordón de cuero. Después de media vida llevandola vi la posibilidad de perderla y la dejé arramblada en un cajón. Tengo que reconocer que el oro no me ha llamado nunca la atención pero el valor sentimental de la cadena si me arrastraria por una cloaca para recuperarla.

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