18/10/15

Instinto poligonero.

Ayer vi a la Jenny. Esta buena la cabrona y lo sabe. Llevaba esas mallas negras que se gasta y le marcan un culo que ríete tú de la otra Jenny, de la López, con unos muslos de tenista profesional. Y eso que la Jenny solo va al gimnasio tres veces por semana. Cuando su madre se queda con la niña y le da un rato de asueto. Se ha agenciado una gorra de los San Francisco 49ers, aunque de cerca lo que tiene puesto es San Fernando 69. Sigue llevando el piercing que le regaló el Fernandito. Nunca un regalo se ha disfrutado tanto en el barrio. Desde entonces lleva camisetas cortas. El tipo que está con ella señala el regalo con el índice mientras le soba el costado. Parece querer mostrarle la forma correcta de coger el taco y darle a la bola blanca. ¡Como si ella no supiese jugar al billar! Ya lo creo que sabe, y busca la jugada para ponerle esas mallas con el culo apretado al tipo que la pasea. 
La Jenny entonces mira a la barra mientras balancea el taco. Da para mucho esta chica, con el culo tiene enganchado al maromo que le va a pagar las copas esta noche, pero se guarda un as en la manga, o en el escote en este caso, y con una postura artificial enseña un canalillo que ha perdido a mas gente que la riada del 86. Si acaso el tipo le falla, o para la próxima vez que tenga un claro y pueda salir a la calle. El golpe a la bola blanca coincide con el ajuste de paquete de media barra que se acomoda la polla creciente. El salto de la Jenny, el abrazo y la lengua que le mete al tipo de la mano en el costado hace que alguno que otro se gire como cuando el equipo contrario te marca y das el último sorbo a la copa. Sin saber si pedir algo más para terminar de ver el partido o pagar las copas e irte a casa, a ver si allí hay suerte y puedes echar un polvo si la parienta no está de morros. 

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Mucho peligro tiene la Jenny. Pero como dice el Paseante... es para dar lástima. (Aunque el morbo no se lo quita nadie.)

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  2. Pobre Jenny, qué futuro más negro...

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    1. Pues si. Por que Jenny, por muy buena que esté, no da para mucho que mas que calentones.

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