24/6/13

Camaradas

Al morir la Nana los fantasmas volvieron a dormir con el abuelo. Fue entonces cuando conocimos a Don Eusebio. Lo llamó el tío Alvaro, el mayor. Los demás no habíamos oído escuchar nunca hablar de él. Se quedó en casa de el viejo y durante los cinco meses que sobrevivió a la Nana lo apaciguó, lo tranquilizó e incluso hizo que sintiésemos algo de pena cuando se marcho a buscarla. No fue hasta más tarde cuando descubrimos algunas fotos en las que aparecían los dos: El abuelo y Don Eusebio estuvieron juntos en la guerra civil. Y entonces nos lo explicó.

- Tu abuelo tiene sus fantasmas y los míos. Yo nunca fui capaz de disparar. Podían haberme fusilado si lo hubiesen descubierto pero nadie llegó nunca a enterarse. Tú abuelo, al contrario, tenía puntería por los dos, y vista. Abatía a los soldados como si fuesen de juguete, con su fusil y el mío. A veces en la trinchera, de noche, cuando intentaba dormir volvían a su sueño. La mitad de esos fantasmas deberían ser míos. 

6 comentarios:

  1. fantasmas tenemos todos, pero tenerlos de esa forma..... ufff....
    el pobre abuelo descansa ya cn ellos...

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    1. Con los fantasmas se convive y, a veces, incluso benefician. Otros...

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  2. No dispara, no habría sobrevivido con esos fantasmas, a diferencia del abuelo. Le salvó la vida en más de un sentido.

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    1. Debe ser duro una guerra. Es algo que me llama la atención, la fraternidad de los amigos, el odio visceral a un enemigo que ni siquiera conoces, o quizá ni siquiera es odio. ¡No se! Me llama la atención, pero espero no tener que vivirlo, solo imaginarlo.

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