El pequeño me sonríe y provoca un efecto reflejo. Me suena su cara. ¡Joder! Tantos niños en la familia, los amigos, por no hablar del curro que ves a tanta gente que no sabes nunca diferenciarlos. Los niños se parecen tanto. ¿Quizá al Ale de Carlitos? No se. Pero el pequeñajo es simpático y echando la cabeza a un lado me saca la lengua. Yo le correspondo poniendo los ojos bizcos y dejando caer las gafas. Ahora la sonrisa es una carcajada que vuelve a repetirse cada vez que dejo caerlas. Alguien lo llama . Me despido moviendo los dedos y él hace lo mismo con su pequeña mano moviéndola de lado a lado.
Dos días más tarde vuelvo al trabajo. El punto de información sigue igual que cuando lo dejé. El ordenador sucio, el mármol frío como hielo, el zócalo de un verde desesperanzador, los carteles... Entonces miro a Carlitos, después de quince días sin verme el tío me saluda sacándome la lengua. Le tiro mi gorro de lana que va a caer debajo de uno de los carteles. Es entonces cuando me fijo en la sonrisa de los pequeños, en Ruth y en José, los niños desaparecidos en mi barrio. Y un escalofrío me sube desde la punta del pie, agarrándose en el estómago, cambiándome la cara sonriente por una de preocupación y sorpresa.
- ¡Quillo! Si que te ha sentado mal la vuelta al trabajo. - Me responde Carlitos viendo que se me ha cambiado la cara.
Le contesto con una mueca, un intento de sonrisa que solo ladea un trozo de cara. Todos los niños se parecen, me justifico. Y colocando mi mano en el hombro de mi compañero lo primero que le pregunto es:
- ¿Y tú Ale, como está?
VENTIUNO DE DICIEMBRE: "TRANSPARENTE"
Hace 6 horas
Un abrazo y felices días...
ResponderEliminarglup.
ResponderEliminar(no puedo hablar, se me ha hecho un nudo en la garganta)
Ojalá estén vivos, ojalá algún cómplice despiadado se los está cuidando a ese padre sin escrúpulos y los entregue tarde o temprano.
ResponderEliminarTodo indica que su propio padre anda detrás del asunto.
Es todo tan horrible...
Macho, a la vuelta de la esquina está el dolor más inesperado y, cuando ese dolor viene acompañado de la cara de un crío, es aún mas intenso.
ResponderEliminarOjalá vuelvan a sonreirles a sus amigos, que los echaran de menos y la pesadilla acabe.
Estas son las cosas que sacan de mí la parte mas cafre y pienso que, cuando pillen a los autores, deberían llevarlos al calobozo y, en un descuido, sin querer, golpearles en la sien, un toque seco, o contra un bordillo y decir "Uy, fue sin querer".
Sé que eso no arregla nada, que no es lo correcto, pero soy padre, y ahora sé cuánto duele un hijo.
Perdona entrar en tu casa de esta manera, pero es que es un asunto que me puede.
Cuídate mucho, amigo. Y sigue sonriendo a los críos que te cruces.
Brisa... Felices fiestas. Y que el lotero te sea favorable.
ResponderEliminarMaripili... menos mal que los dedos los tienes libres.
Tesa...es extraño, es... es muy jodido.
FeoMontes...a mi blog tú entras como te salga de las narices. Además que aquí, quien más quien menos, tiene algún churumbel correteándole cerca. Vamos que lo entendemos perfectamente. Quizaá de hay viene la entrada de hoy, que... bueno pues eso.
como madre no quiero contarte lo que me corre por las venas cuando veo algo nuevo sobre el caso.... no quisiera estar en el pellejo de esa madre estas fiestas, ni pensar que unas vidas tan jóvenes les pudo pasar algo funesto....
ResponderEliminarHas visto como las navidades solo están para recordar a los que no están?? no paro de decir que NO ME GUSTAN!!!