Por fin la había encontrado. Mientras ella se vestia yo descansaba en la bañera. Llegó preciosa, ni siquiera ojeras para una noche marathoniana. Se acercó e introdujo su mano en el agua. ¿Empezaría un nuevo juego? El agua se perdía por las cañerías y yo no me dí cuenta que seguía el mismo camino hasta que ella me dijo:
- Sal pronto... mi marido está al llegar.
PLENILNIO DE NOVIEMBRE
Hace 43 minutos
Que poco dura la felicidad en una bañera.
ResponderEliminarSaludos, dos entradas en un dia, ya se quien me tiene robadas las energias.
Nunca se me ocurriría llevar a mi casa a mi amante. Queda patético decir luego eso de "esto no es lo que parece"
ResponderEliminarMás haikus, por si necesitas:
http://tesadepaso.blogspot.com/2008/08/sin-olas-haikus.html
Jo, hay veces que se echa en falta una buena bañera, y por supuesto, un buen amante!!
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