25/4/10

El baño.

   Por fin la había encontrado. Mientras ella se vestia yo descansaba en la bañera. Llegó preciosa, ni siquiera ojeras para una noche marathoniana. Se acercó e introdujo su mano en el agua. ¿Empezaría un nuevo juego? El agua se perdía por las cañerías y yo no me dí cuenta que seguía el mismo camino hasta que ella me dijo:
   - Sal pronto... mi marido está al llegar.

3 comentarios:

  1. Que poco dura la felicidad en una bañera.
    Saludos, dos entradas en un dia, ya se quien me tiene robadas las energias.

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  2. Nunca se me ocurriría llevar a mi casa a mi amante. Queda patético decir luego eso de "esto no es lo que parece"

    Más haikus, por si necesitas:

    http://tesadepaso.blogspot.com/2008/08/sin-olas-haikus.html

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  3. Jo, hay veces que se echa en falta una buena bañera, y por supuesto, un buen amante!!

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