Nunca mas.
Que fácil era decirlo antes.
Cuando las primeras veces nos sorprendían
tanto como a los amigos, la familia, los compañeros.
Cuando aún nos conocíamos poco
y pensábamos que éramos buenas personas.
Que convicción: Nunca mas.
Y nos lo jurábamos por lo mas sagrado
que hace tiempo dejó de serlo.
Ni a recuerdo llega.
Tuvo que llegar Bond para decirnos:
Nunca digas, nunca jámas.
Y quizá a él le creímos mas que los amigos,
la familia, los compañeros.
E instauramos el Quizá en el lenguaje.
El Casi delante del Seguro que...
Lo mas probable, A lo mejor.
Cualquier coletilla que rebatiese la seguridad.
Y si es que si algo se me quedó claro es que casi nunca mas, diré nunca mas.
Hay que ser un terco cabeza dura hijo de andaluces para sostener el nunca jamás con uñas y dientes aunque todo te diga que estás equivocado, pero la palabra tiene valor y si lo dije voy a cumplirle aunque me duela. O sobre todo si me duele.
ResponderEliminarSaludos,
J.