Acabo de darme cuenta que no he escrito nada en este blog en todo el mes de febrero. Febrero es corto pero ha sido intenso. También he visto que tengo tres entradas en borradores. Dos, posiblemente, terminen publicadas algún día. Otra se queda para mi. Por que uno sabe que puede ser gilipollas pero tampoco es cosa de ir contándolo al mundo.
Febrero se acaba y no lo voy a echar de menos. O así me engaño por que se que volverá a mi cabeza una y otra vez. No solo este año, si no en mi vida. Para recordarme que... ¡Que soy gilipollas!
Tengo la firma convicción de que todos lo somos en alguna proporción, pero no todos sabemos disimularlo de la mejor manera.
ResponderEliminarSaludos,
J.
No importa ser gilipollas, reconocerlo es el primer paso para perdonarse ;) ¿para dejar de serlo?, ni idea, nunca lo he logrado...
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