Hoy cumplo cincuenta y cuatro.
¡No! No es mi cumpleaños.
Es solo la edad que me toca hoy,
que el cansancio llega a los dedos
y solo funcionan para teclear excusas.
Excusas de las canas, de frustraciones,
de no querer como me quieren,
de esa puta manía de dejarlo todo para mañana,
de ahorrar lágrimas para mas tarde
y añoranza de las risas gastadas.
Hoy cumplo cincuenta y cuatro,
o cincuenta y seis.
Y la lluvia me regala un día gris
en el trabajo.
¿Tendrá que ver con estar en el trabajo un domingo a esta hora? Bueno, suponiendo que haya sido escrito hoy. Hay días en que los años que tenemos se suman e incluso se multiplican. Afortunadamente, también hay otros en que rejuvenecemos de golpe aunque sólo sea por un ratito.
ResponderEliminar¿En serio no estás de cumpleaños?
Un beso (incluso uno que pueda quitarte al menos un año)
Gracias Alis. Y no, no estaba de cumpleaños. Trabajar un domingo es una putadaputada pero le sentó peor despertar solo.
EliminarHay días en que parece que todo se confabula para desalentarnos y que todo resulte gris. Hay que hacerse fuertes hasta que pase el nubarrón.
ResponderEliminarMe ha gustado especialmente la frase de los dedos.
Gracias Ángeles.
EliminarNo te felicitaré entonces, pero la próxima vez que despiertes con corazón de haber cumplido 26 y que tras la ducha y el polvo mañanero, el cuerpo te pida ir a trabajar sabiendo que a la vuelta habrá brindis con copas de vino tinto... ese día, avisa. Ese día e bronces celebraremos la vida.
ResponderEliminarEse día es difícil que mire una pantalla.
Eliminaryo creo que ya soy ochentera...
ResponderEliminarTu piernas no lo atestiguan.
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