Desde ese día nadie vende barquillos en el parque, ni podemos cambiar cromos, tampoco los novios se besan en los bancos o se esconden tras los arbustos. Desde ese día los pájaros emigraron al sur y nunca volvieron, los árboles se marchitaron y del suelo sigue saliendo un olor a azufre.
Desde ese día, aquel tipo que salió del suelo hizo del parque su hogar e instauró el infierno.
los parques de han quedado de terrazas de los bares, y la ordenada municipal impide que los niños puedan jugar en ellos....
ResponderEliminarel infierno ya está aquí!
Pues espera que empiece el calor.
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