Vuelvo a la montaña.
Solo allí
o navegando en su pecho
puedo gritar el nombre sin que duela.
Cargado de alcohol,
pastillas y besos de campaña
sin repartir,
voy ascendiendo trechos
sin apagar el motor.
Encontraré el cielo en la cumbre
buscaré todo lo que amó
y al salir
limpiaré mis suelas
de las tristezas que engañan,
de las lagrimas que empañan,
de las rencores que faltaron por salir.
Gritar sienta muy bien,eso de limpiar las suelas me ha gustado mucho,¡vamos que me has inspirado!
ResponderEliminarCon un par!!!
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