- Quería un horario para Lucena.
(Prrrr - Impresora trabajando - Tres minutos más tarde sale el horario, no se que le pasa que a medida que se acerca mi hora de cierre tarde más en imprimir.)
- Aquí lo tiene.
- Quería otro para Montilla.
(Prrr - La impresora vuelve a funcionar en modo: Taberna Santos. Sin prisas.)
- Está imprimiendo. ¿Quería alguno más? - Le digo para agilizar el trabajo de la impresora que si bien es cierto que de uno en uno va lenta cuando son varios se porta.
- No, no.
- Aquí tiene.
- Bueno si. Imprime uno para Montalban.
- En un momento.
(Prrrr - El tipo me está poniendo de los nervios. La impresora también parece cabreada porque cada vez tarda más.)
Vuelvo a preguntarle.
- ¿Quiere alguno más? Lo digo para agilizar la cola que me está formando.
- No, no. Este es el último.
- Aquí tiene.
- Ahhh si. Lo olvidaba - dice cogiendo el útlimo horario - ¿Podrías imprimirme otro para Almodovar?
- Por su puesto. Le imprimo el horario y...
(Prrr - La impresora empieza a funcionar. Va renqueando. Quejosa. Le pasa como a mi. Hoy, ya, está cansada, harta.)
- ¿Y...? - Me pregunta el usuario.
- Le imprimo también "Porculo". Porque a usted si no lo han mandado lo van a mandar en breve a ese destino.
A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta. El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
28/5/13
27/5/13
Me acabo de enterar que hay que actualizar el WhatsApp. Yo pensaba que una vez instalado eso serviría para toda la vida, como un matrimonio al menos. Lo quieres, te quiere, aceptas la condiciones y ya está. A los tres meses ella pide el divorcio porque ha visto una aplicación que le gusta más y se acabó la historia, algo rápido pero al menos avisa. ¡Mira que te vayas a la mierda! ¡Que te aguante tu madre a partir de ahora! Pero esto del WhatsApp ni avisa. Ni siquiera te manda a buscar un abogado. Te deja sin más y ya está. Lo peor no es que tú seas el último en enterarte, como cuando te ponen los cuernos. Lo peor es que no se entera ni dios. Siguen enviándote invitaciones, sonrisas, mensajes. Igualito que los inútiles que te mandan las cartas a nombre de Sr. Bubo y Sra. ¿Que señora si se se fue hace cinco años? El caso, ya digo, es que no se entera nadie de que el whatsapp te ha dejado. Hoy cuando por fin he vuelto a activar el servicio con una actualización, que fácil hubiera sido actualizar a mi esposa en vez de aguantarla como era, me he encontrado con siete millones cuatrocientos veinticinco mensajes. ¡¡Joder!! Si yo solo he estado cuatro días de vacaciones. Ni una bomba nuclear genera tanto mensaje. Una bomba nuclear no, pero una familia si. Y desde que en casa tenemos un grupo familiar, todos incluidos, ese grupo cuenta con el noventa y tantos por ciento de los mensajes.
Empiezo a leer desde el principio y me entero de que mi padre ha sufrido un ha sufrido un infarto. Imagino que será algo leve, si no me habrían llamado pero sigo leyendo. Mensajes cruzados, mensajes de angustia, iconos de hospitales, el smile de grito y sorpresa y cuando creo que el día solo puede ir a mejor, resulta que está en la UCI. Pero...¡Coño! ¿Como es que nadie me ha llamado? Sigo leyendo. Este no debe ir a más porque es solo el primer día. En el WhatsApp preguntan que donde estoy y se indignan de que no conteste. Que al parecer, dice la familia, que solo quiero escurrir el bulto, que cada vez que hay un problema me quito de en medio, que vaya manía tengo de apagar el móvil y que ya puedo contestar de una puta vez.
Sigo leyendo. Al día siguiente mi padre no mejora. El grupo, mis hermanas, han ido organizando las horas de visita. ¿Que que hora me viene mejor para ver a Papá? Que está muy mal y no saben si va a salir de esta. Más iconos de hospital, un rezo vía smile a Santa Rita patrona de los imposibles y más quejas y requiebros por no dar la cara.
Estoy indignado. ¿Pero es que no se le ha ocurrido a nadie llamarme? Al día siguiente todo WhatsApp está lleno de cruces. Mi padre ha fallecido. El entierro es a las cinco, escrito con números cuadrados y azules, en la iglesia (más iconos) de la Fuensanta. Más recriminaciones de que no he estado pendiente de ver a mi padre en sus últimos momentos. Que se me debería caer la cara de vergüenza. (No conocía este smile que pone una de mis hermanas, se ve que su actualización es mejor que la mía.) Que ni se me vaya a ocurrir presentarme en la iglesia con pantalones vaqueros. (Eso lo encuentro en un mensaje aparte del grupo de una de mis hermanas.)
El cuarto día sin WhatsApp veo que se ha cortado a medio día. ¡Me han echado del grupo familiar! Poco después es cuando me he enterado que debía actualizar el programita de los cojones.
Llamo a mis hermanas y ninguna contesta. No me cogen el teléfono. Se han desentendido. Conecto el WhatsApp y les envío un mensaje que copio para todo el grupo, explicando la situación, uno por uno. A los dos minutos me han vuelto a aceptar.
Los smile de lloros me han dejado empapada la pantalla. Pero parece que vuelve a restaurarse la armonía familiar. Es entonces cuando me entero que uno de los temores de mi padre era ser cataléptico y no poder comunicarse. Ellas, pendiente de todo, le han dejado su móvil como el tipo ese de la película, Buried. Un móvil viejo, sin conexión de datos. Un móvil que no le va a servir de nada si no tiene WhatsApp.
26/5/13
Luna de Feria.
Hoy la Luna ha llamado a mi ventana, está guapa la jodía. Me pregunta que me pasa, que donde me meto. Que ayer salí de Feria y no la avisé, que tuve que vestirse de gitana y pasear por el Arenal. Como si me buscase a mi la cabrona, me lo recrimina. Cuando yo se que iba del brazo de todo el que le echase dos piropos. Así está que no cabe en Córdoba de lo guapa que se pone.
Hoy me ha dicho que la voy a pillar de bajona cuando la llame. Para el martes y el miércoles ya hemos quedado pero que se va a hacer de rogar. Que saldrá con vaqueros, con un medio cola medio suelto y cuando le lance piropos al reflejo del Guadalquivir me va a recordar que me estuvo esperando.
Hoy la Luna ha llamado a mi ventana cuando volvía de Feria. Le he dicho que no haga ruido, que me va a despertar los pequeños que están en cama. Traía esa sonrisa sicalíptica de quien disfruta con el juego, de quien sabe que a cualquier hora puede pillar a un amigo, a un amante, para un momento juntos y a su luz nos hemos fumado un cigarro.
Ella antes de irse a la cama, yo, con el café de la mañana.
La foto, que es genial, es de Rafael Moreno.
Se la he "rebañado" a Juana de uno de sus tweet.
Así es como me siento estos días.
¡Peasso Feria tenemos en Córdoba!
23/5/13
Veo veo
Su madre le había prometido un viaje cuando saliese del hospital. La sorprendió recogiéndola de clase y llevándola a la estación. Ni su padre, ni la abuela la habían sacado del pueblo en los meses que llevaba allí.
El autobús le parecía enorme, y lo fue corriendo, como cuando era pequeña, para sentarse al final. Las dos juntas. Desde la última ventana observaban el paisaje. Volvían a jugar a veoveo. Contaban los animales que aparecían e iban de un asiento a otro para no perderse nada del trayecto.
Su madre miraba el reloj constantemente y se lamentaba de tantas paradas. Al llegar a la última miró desde la ventana y retrasó la salida cediendo el paso a todos los viajeros.
La policía la esperaba en la puerta del autobús. Le pidió su nombre. Su hija, mirando a su madre le soltó la mano mientras se dirigía a uno de ellos.
- ¿Ha vuelto a escaparse? ¿no?
Con la respuesta del agente la hija volvió al lado de su madre y cogiendo de nuevo su mano le susurró:
- Debes volver al hospital. Cuándo salgas haremos el viaje. ¿Vale?
- Si, te lo prometo. – dijo con convicción mientras se dejaba llevar.
Las dos se despidieron con lágrimas en los ojos mientras acompañaban a los policías en distintos coches.
Mentiras piadosas.
Cuando le dije que la pasión, por definición, no puede durar
¿Cómo iba yo a saber que ella se iba echar a llorar?
"No seas absurdo -me regañó- esa definición nadie te la pidió
asi que guárdatela, me pone enferma tanta sinceridad".
Y asi fue como aprendí que historias de dos conviene a veces mentir
que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor.
Yo le quería decir que el azar se parece al deseo,
que un beso es sólo un asalto y la cama es ring de boxeo,
que las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan
se marchitan cuando las toca la sucia rutina.
Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera,
contarle que el universo era más alto que sus caderas,
le dibujaba un mundo real no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas.
Y, cuando por la quinta cerveza,
le hablé de esa chica que me hizo perder
la cabeza estalló: "¿Vas a callarte de una vez, por favor?"
Y asi fue como aprendí que historias de dos
conviene a veces mentir
que ciertos engaños son
narcóticos contra el mal de amor.
Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera,
contarle que el universo era más alto que sus caderas,
le dibujaba un mundo real no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas.
Joaquín Sabina.
Mentiras Piadosas.
22/5/13
Siete de azúcar.
Siete de azúcar para el café.
Quizá hoy no te vuelva a ver.
Siete de azúcar para endulzar
que el sol brilla cada vez más.
Que las nubes se van de la ciudad.
Siete de azúcar para el café
Quizá hoy no te vuelva a ver.
Quizá hoy no te vuelva a ver.
Siete de azúcar para endulzar
que el sol brilla cada vez más.
Que las nubes se van de la ciudad.
Siete de azúcar para el café
Quizá hoy no te vuelva a ver.
21/5/13
Spock
Me gusta más mi vecina cuando tiende sujetadores y bragas.
El frikismo desmostrado con esta camiseta perruna tipo Spock me baja la líbido a menos cuatro.
16/5/13
La bolsa de papel.
El viejo entra en el vestíbulo de la estación cojeando de la pierna derecha. La arrastra dejando un dejadno el suelo como si pasase una mopa diminuta. Usa zapatillas de paño, pantalón de pana y un cinturón que hace mucho tiempo se le quedó tan grande que le cae por uno de los costado sin llegar a la siguiente trabilla, una camisa oscura le asoma por un jersery roido de pico. En su mano izquierda lleva una bolsa de papel. La aguita como los niños cuando van al colegio, es una bolsa que desentona con el viejo, con el lugar, una bolsa donde una modelo luce un precioso bikini bajo unas letras de Woman´s Secret.
El tipo se dirige a una de las taquillas. Un tipo calvo con cara de pocos amigos le mira desconcertado cuando coloca la bolsa en frente de él.
- ¡Qué Abuelo! ¿Comprándole un picardías a la novia?
El viejo no le contesta. Con parsimonia mete la mano en la bolsa mientras le sonríe da un paso atrás. Como si se sacudiese la última gota de la meada, la chica del bikini cae al suelo y entonces, frente al calvo aparece una pistola. Un arma arcaica, una de esas Astra que nadie tiró nunca porque disparan igual de bien que cuando salieron de fábrica. El viejo sabe usarla y el disparo quiebre el cristal de la taquilla incrustándose entre ceja y ceja del taquillero. Después, como si el mundo se le estuviese acabando se sienta en una de los bancos con parsimonia. Le sonrié a la modelo que ahora tiene en su cara la huella de la bota del vigilante que se le acerca.
12/5/13
11/5/13
La mujer de otro.
Regidor, que era un cínico, afirmaba que el estado perfecto del hombre era el de la segmentación. Había que trocearse en tantos segmentos como facetas tiene la compleja personalidad de cada cual, y dar a los demás con generosidad lo que cada uno espera de nosotros: el corazón a la mujer, la labia a los amigos, la piel a las amantes, el talento al trabajo. ¡Pero sin equivocarse! Dar el talento a la mujer era echar pasteles a las piaras; poner el corazón en el trabajo, hacer oposiciones al Cuerpo Nacional de Resentidos; y dar la labia a las amantes, recitar poemas a los gatos.
de La mujer de otro.
de Torcuato Luca de Tena
9/5/13
Fantasmas de madrugada.
Vuelven a visitarme fantasmas de madrugada.
A colarse entre las sábanas y pellizcarme el alma,
hasta que me despiertan en la noche empapado en sudor.
Fantasmas que se quedan en la habitación,
jugando con la ropa, entrando y saliendo
por la ventana, escondiéndose bajo la cama.
Fantasmas que me obligan a levantarme para
no despertarla.
Vuelven a visitarme fantasmas de madrugada.
A colarse entre las sábanas y pellizcarme el alma,
hasta que me despiertan en la noche empapado en sudor.
Fantasmas que se quedan en la habitación,
jugando con la ropa, entrando y saliendo
por la ventana, escondiéndose bajo la cama.
Fantasmas que me obligan a levantarme para
no despertarla.
Vuelven a visitarme fantasmas de madrugada.
7/5/13
Mercado Ícaro.
El Mercado Ícaro es una chorrada que se han inventado los maestros para escaquearse un poco y salir del pueblo de vez en cuando. El caso es que mañana, 8 de mayo, en el Boulevard del Gran Capitán se juntarán unos pocos colegios para exponer los proyectos que han hecho. Allí, además de alguna profesora salerosa y muchos abuelos podremos ver que a que se dedican los infantes en las actividades escolares. (Creo que intentan enseñarlos a ser emprendedores, eso si, con horario de funcionario, de 10:00 a 14:00. Que una cosa es llevarse de paseo a los niños y otra perder horas.)
Es curioso el nombre: Ícaro. Hay que ser gilipollas ¿no? Ponerle a un proyecto de emprendedores el nombre de un tipo que se hostió con unas alas de cera. Por que ahí el emprendedor era el padre: Dédalo. El que construía, el que sabía, el que innovaba. Vamos, "el Máquina". Ícaro fue el pamplinas que no hizo lo que debía y se día una hostia tan magistral que después lo estuvieron recordando durante años.
El caso es que ya sabes. Mañana, en Córdoba, de 10:00 a 14:00 en el Boulevard del Gran Capitan tenemos a una serie de colegios y nenes que aún tiene ilusiones. Como cuando eramos pequeños y nos poníamos a vender en el portal de la casa las pulseras que hacíamos de colores. Con un poco de suerte entre las dos o tres vecinas que picaban y alguna "amiga" que quería quedar bien contigo lo mismo sacabas para un click de famobil. Esto ahora lo hacen en el colegio, ¡ya ves!
Lo dicho, el que pueda, que se pase.
P.D. A los viciosos que quieran sentarse a mirar las minifaldas de las niñas os recuerdo que por allí van muchos abuelos y padres. ¡NO ES EL DÍA!
5/5/13
Madre mía.
Jennifer Coolidge:
Esta señora, que es la primera MILF´s sigue siendo, sin lugar a dudas, esa madre que está de "tomapanymoja". La Madre de Stifler, nos dejó boquiabiertos hace un montón de años a los cuarentones de hoy e incluso los que han tenido estómago para ver la última película de esta gente se sorprenden pensando que sigue teniendo un polvazo esta señora. El Canto del Loco ya nos avisó con "La madre de mi amigo José" pero es que las madres de nuestros amigos no estaban así de buenas. (Claro que ahora están las madres de los amigos de nuestros hijos.)
Feliz día de la Madre
Yo siempre preferí ser madre, que padre. Cuando mi nene era pequeño ejercía como tal. Biberones, (lo de la leche materna no pasó de los calostros), baños, ropa... A mi, que no estaba dispuesto a tener un bebé tan pronto, resulta que se me instaló un instinto materno que iba creciendo cada día.
Con lo que me gusta la juerga y dormir era capaz de escucharle al pequeñajo un suspiro distinto en mitad de la noche. Al menor ruido ya tenía un pie puesto en el suelo esperando que fuese a más. Sin querer ir a ver que pasaba pero pendiente de que todo estuviese bien.
Luego el divorcio me anuló el instinto materno a base de acuerdos y leyes de protección. Tardé en darme cuenta de que ahora la madre iba a ser quien realmente lo había parido, que me tocaba ejercer los fines de semana y poco más.
Ahora, ya no intento ser la madre de nadie. Mi nene tiene un padre, y ese soy yo. Me toca estar pendiente de él, de llevar su día a día aunque sea en la distancia y, eso es lo que más me gusta ahora, tener esas charlas de compadreo. Esas en la que hablas de las niñas que te gustan, de lo cabrones que pueden llegar a ser los jefes o los maestros (por esto me vuelven a dar) o simplemente, de quien ganaría una pelea entre Iron Man y Thor. (Disparidad de opiniones.)
En lo que ando flojo es en los juegos, pero mi nene aún no se ha hecho forofo de los deportes así que... Todo se andará.