Acababa de pedir una cerveza y entró David. Hace años que no hablamos, un saludo, un hola como estas, bien gracias, poco más. Pero cuando me vio en la barra se acercó y comienza a hablarme como cuando teníamos dieciseis años.
David estuvo saliendo un tiempo con alguien de la familia, alguna prima de estas segundas y después de mandarla a la mierda estuvo con Carolina, creo que a partir de ahí fue cuando dejamos de hablar. A mi Carolina me gustaba mucho, pero claro... yo salia con Ana. El caso es que me sorprendió tanta familiaridad. Me preguntó cosas que no pensaba que conocía. Me preguntó por la chica con la que estaba, que pena me dijo...se te veía ilusionado. Me preguntó por la Feria. ¡Bieeeenn! ¿No? Si le contesté mientras hacía memoria de quien le podía haber contado... Sería Raquel, pensé, o Olga, que últimamente vienen más por aquí y quizá... seguía buscando de donde conocía este tío mi vida. Así que le pregunté directamente.
- Te leo en el blog.
A mi que David conozca parte de mi vida es algo que me da igual, que la conozca Rita la Cantaora... tampoco me molesta, lo que me jode es que no saber que pasan por aquí y desde luego que no distingan entre relatos, micros y lo que es parte de mi vida. Es preferible dejar un comentario antes de preguntarme en medio de el bar si es cierto que terminé chupándosela al negro aquel.
¿A saber en que relato vendrá eso?
Y terminaste chupándosela??????????
ResponderEliminarPués cuando lea este post se va a caer de espaldas. La verdad es que anda por ahí mucho curioso suelto (dicese también chismoso)
ResponderEliminarUfff... nunca se sabe quien puede estar leyendo en el blog y de qué manera interpretará lo escrito. Pero ahí está la gracia: en las personales lecturas de cada cual y la libertad de comentar al respecto.
ResponderEliminarPor cierto, Bubito ¿la Mezquita puede visitarse sin reservar hora o pasa como con la Alhambra, que hay tortas por entrar?
ResponderEliminarSabía yo que tu no te ibas a quedar con las ganas de preguntar, gatuna.
ResponderEliminarDavid no existe, Juana, la entrada va de comentarios.
Tesa... si se sabe. ¡Y no me digas tú que no!
Lo de la Mezquita... no creo que haya problemas, no se lo que cuesta. Y las tortas, si me las doy, es por quedarme en la taberna del Santos mientras te espero.
Dale recuerdos al Bubo este cuando le veas Tesa, no parece mal tipo aunque se la chupe a los negros.
ResponderEliminarDe tu parte, Jota ...el Bubo es un larguirucho estupendo: me presta su sofá y no se ríe cuando me caigo en La Corredera.
ResponderEliminar:)
De sofá nada... te vas a la cama. Y lo de la Corredera... cuando vi que no había daño... me costó retenerme.
ResponderEliminarBubo
la curiosidad mató al gato, bubo....
ResponderEliminarestá bien hacer amistades, que te dejen el sofa o la cama, se viaja más barato.
Para Tesa.
ResponderEliminarHorario: Lunes a sábado: 8.30-18.00 h.
Domingos y festivos: 8.30-10.00 y 14.00-18.00 h.
Precios: Adultos: 8 € - Niños: 4 €
Que yo sepa no hay problemas para entrar en este horario, otra cosa es que reserves si quieres una visita guiada.
Si vas en horario de misa es gratis la entrada y siempre que vayas sola o en pareja y no hagas ruido te dejan deambular bastante por libre.
!que la difrutes!
¡¡La puta de oros!! ¿Ocho euros por entrar en la Mezquita? ¡Joder los del cabildo! Será eso que yo siempre que voy es en horario de misas. Bueno aunque con la entrada tambien puedes ver el Museo diocesano. ¡Y la custodia es muy chula!
ResponderEliminarLo dicho... te espero en el Santos tomandome un medio.
cuando yo fuí, hace un porrón de años, nos colamos por donde salía la señora de la limpieza.......preciosa, merece la pena pagar.
ResponderEliminarMerece la pena pagarlos ¿no?
ResponderEliminarGracias por la información.
Como seguramente seré la primera que llegue a Córdoba (excepto el cordobés residente) puedo ir viendo la Mezquita hasta que vaya llegando la pandi.
Ya veremos... igual hasta se apuntan.