Hoy, bueno... sinceramente no se si fue hoy o ayer, he tenido un sueño espantoso. De esos en los que te despiertas alarmado, miras el reloj y el único consuelo que te queda es que aún faltan tres horas para poner pie a tierra. (Cosa que resulta falsa por que en ese momento es cuando te dan ganas de ir al baño, de beber agua, recuerdas que no has cerrado la puerta con llave y que la ventana está abierta de par en par, así que la experiencia te dice que te levantes y hagas todo eso, que las tres horas de sueño que te quedan por delante se pueden convertir solo una y media si el regomello te deja en cama.)
El caso es que el sueño es una tontería de las gordas. Me había quedado sin trabajo (aunque esa no era la preocupación alarmante, que debería serla) y estaba en una entrevista con un tipo que me preguntaba por mis aficciones. Entonces yo le dije que me gustaba la fotografía y que escribía de vez en cuando en un blog. Me insistió en que le dijese el nombre y en ese momento, con una tablet, se metió en este blog. Me puso mala cara cuando el aviso le dijo que era un blog para mayores. Me justifiqué diciendo que lo puse yo porque en una de las primeras entradas escribí que reyes magos eran los padres y no quería aguarle la fiesta a ningún niño. Entonces el tipo se pone a leer la última entrada. Me mira peor aún que cuando saltó el aviso de blogs con contenido adulto. Se va a la penúltima entrada y así termina las cinco entradas que hay en el mes de mayo. El entrevistador entonces me mira y suelta:
- ¡Esta mierda escribes! Esto no es escribir. Esto es una mierda.
Yo, compungido, le digo que hay cosas mejores en otros meses, que este mes no me ha ido muy allá y pero que no todo es morralla, que algunas cosas se salvan.
El tipo abre una año y un mes al azar. Sale otra entrada de esas mínimas, una que ni si quiera conozco y está preparado para decirme que esto es una mierda antes de dejar la tablet en la mesa, se lo noto en la cara de asco que tiene...
Es entonces cuando me despierto. Faltan tres horas para levantarme. Voy al frigorífico y bebo agua, cierro la puerta de casa, voy al baño y bajo la persiana completamente pero dejo la ventana abierta. Miro de nuevo el reloj. Quedan dos horas y cincuenta y cinco minutos para que suene el despertador. ¡Que se joda el cabrón del entrevistador! Me tiro en la cama. Cierro los ojos. Vuelvo a dormir profundamente.
¿Y seguiste soñando...? me tienes en ascuas ¿Le partiste la crisma al fulano?
ResponderEliminar¡No! No soy yo de natural violento. Pero se lo merecía. O quizá yo por escribir cada día peor.
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