Pero más difícil es volvérsela a poner.
J.P. dixit.
¡Que difícil era quitarle la blusa! Parecía un chaleco que acababa en unos flecos enormes que se cruzaban detrás de su espalda en un nudo gordiano. Imposible. Desesperante. Mientras, seguíamos besándonos en el sofá y nuestras lenguas empezaban a conocerse. Las manos frías arqueaban su espalda y entonces ella me correspondía, vengativa, con un bocado en el labio inferior.
Ese día llegó a hacerme sangre pero me licencié en nudos marineros.
Ese día descubrí que es difícil quitarle la ropa a una mujer pero mucho más difícil es hacer que volviese a vestirse.
Si será por dificultades...
ResponderEliminarQuillo, Feo!! ¿No me digas que tú no te has liado alguna vez con un sujetador, o con una camisa? ¡Por que hay ropas que se las traen!
Eliminar(Recuerdo una que llevaba mas imperdibles en la roopa que una costurera en el refajo.)
Es que cuando se sienten "liberadas" no quieren volver a su estado anterior. A mí me pasa lo mismo.
ResponderEliminarA mi me gustan todos los estados. Cada uno en su momento. (Sobre todo el estado líquido.)
Eliminartodo se aprende si se quiere
ResponderEliminarClaro que se aprende. A la tercera fue la vencida. Me doctoré en nudos.
Eliminarjjajajjajajjaja hay prendas que tienen vida propia
ResponderEliminarAlgunas son muy asequibles. Con un chasquido se desabrochan pero otras...
Eliminar¡Que camisa más chula!
ResponderEliminarCiertamente, admito que hay prendas que pueden resultar desesperantes.
Doy Fe.
Yo le cogí un poco de manía. Eso si, le hacía unas tetas preciosas. (La suya era blanca pero solo he encontrado esta azul.)
EliminarMuy femenino: hacernos sudar la gota gorda de angustia antes de seguir sudando por otras cosas.
ResponderEliminarSi. Es algo muy femenino eso de jodernos la vida.
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