Se está cagando. Tiene el baño a menos de siete metros pero se niega a dejar lo que está leyendo.
-¡Puto ordenador! - Masculla entre dientes mientras aprieta el culo y vuelve a dar al avance página.
Se le hace eternas las letras de la pantalla. Mira el scroll, aún debe quedar al menos dos o tres páginas más. Respira profundamente. Intenta relajarse para disfrutar de la lectura, pero hace al menos tres minutos que el relato se le hace interminable. ¡No puede dejarlo! Sigue leyendo. El café le está haciendo estragos en el estómago. Mientras lee nota como se revela su cuerpo. Como la mierda se va abriendo hueco de un lado a otro de su intestino. Recuerda que hace meses se juró comprar una batería al portatil. ¿Para que cojones quiere uno un portatil si no puede moverlo de la toma de luz? Ahora podría estar leyendo el relato sentado en la taza del water. Cagando. Tranquilo y relajado pero... Vuelve contraer todo el cuerpo. No puede permitirse relajarse ahora. Presiona el avance de página.
- ¡Mierda! Cuando se va a acabar esto. - Grita sin que nadie lo escuche.
Vuelve a concentrarse en la lectura. Dos renglones, tres, pero su intestino le vuelve a recordar que tiene una mierda pendiente de soltar. Que sigue ahí.
Se acaba de saltar un renglón para acabar antes y poder ir al baño. Seguramente no tendría trascendencia, se justifica. Pero no lo ha leído. El relato no está completo. Y apretando los dientes vuelve arriba para seguir por donde saltó. Su estómago hace ruido; como un león enjaulado. Va a empezar a sacar las garras. Junta las piernas. ¿Ínfula? ¿Qué significa ínfula? ¡No! No tiene tiempo de buscar la palabra, la descubrirá por el contexto. Sigue. Avanza página.
¡Díos, la última! Puede ver el punto final en la esquina derecha de la pantalla. Ahora se arrepiente de leer con la letra tan pequeña. Un Times New Roman de dieciseis por lo menos es lo que debería usar, se dice. Asi ya habría acabado de leer y podría salir corriendo al baño. El cuerpo empieza a destensarse. Parece que es inminente. No puede aguantar mas cuando llega a la última frase. Mientras se levanta del sillón para ir al baño tiene que comprobar que en efecto es la última página. Vuelve a dar al avance devolviendo una pantalla blanca.
Nunca siete metros le han parecido tan largos.
UN
ResponderEliminarPLACER
LEERTE
ABRAZO
DESDE
MIAMI
Un placer verla por aquí. Le preparo un cafelito de bienvenida.
EliminarNo sé qué me engancha más... si las fotos (de dónde sacas estas fotos???) o tu capacidad para contar "ésto": un tío que tiene la mierda ya con las manitas fuera y no quiere irse sin acabarse el libro que está leyendo...
ResponderEliminarA mí me dicen que escriba algo sobre eso, o similar, y digo que es imposible, que no da para una entrada de blog...
...al menos para mi.
Eres un crack!!!
La foto, por su puesto, no es mía. Tirando de google, pero normalmente si me gusta suelo cambiarla a BN.
EliminarTodo da para una entrada. El problema es ponerse con algo de ganas. Me alegro que te guste aunque sea asquerosillo.
jajajajaja... me rio xq es sensación me ha parecido vivirla a mi más de una vez, lo que pasa es que yo trabajo con el tlfn. y lo hago muy agusto .... jajajaja
ResponderEliminarEnre el teléfono y la tablet ya no ocurren estas cosas. Tirando de memoria.
EliminarVentajas del formato papel: además del rollo higiénico, antes era también un vehículo para la escritura. O sea, los libros, esos artefactos que pueden acompañarte a cualquier sitio y a los que no se les acaba la batería porque no tienen.
ResponderEliminarPero no me hagas mucho caso, porque yo soy un pureta neurótico: por no tener, ni siquiera quiero tener portátil. Yo soy de ordenador clásico, con teclado, pantalla y CPU; de apagarlo y salir a la calle y olvidarme de la electrónica (teléfono incluido).
En fin, un anacronismo con patas soy yo.
Yo me resistí pero terminé claudicando. Hay que tener la vida muy bien organizada, o muy mal, para que tirar de móvil en esta época.
EliminarLo peor es que uno, cuando compra algo, intenta sacarle el máximo partido y entonces... Aprovecha todas las ventajas que le ofrece.
El formato papel cada vez se usa menos en casa. Reconozco que siempre he sido de leer, sea lo que sea y en el formato que venga. Y si por menos de la mitad puedo conseguir un libro y encima que no ocupe espacio en esta ratonera.. ¡Bienvenido sea! (Incluso así, este año, lo menos diez libros, han caído en formato papel.)
Salir a la calle y olvidarse de tecnologías es uno de los pocos placeres que aún me sigo permitiendo. (Más bien, exigiendo.)
Pues yo miraría el sillón jajajjajaj acabo de leer un relato de peces cagones que revientan haciendo surimi y ahora esto...voy a por lotería jajajajjajaj La mierda va con premio sp
ResponderEliminar¡Suerte Lorena! (Nos hace falta.)
EliminarJajaja. Me parto. Muy bueno.
ResponderEliminarComprendo al señor del relato. Mi ordenador está así: es un portátil que ya no es portátil.
Son bichejos que nos dieron un ratito de libertad y ahora nos mantienen fieles a sus pantallas conectados a un enchufe.
Eliminarqué bueno, Bubo! ostras....estaría guay ser tan sinvergüenza y contar cómo he visto el monumento de las "tres espadas" de noruega....jajajajajajajajajajajajajajajaja
ResponderEliminar¡Cuenta! ¡Cuenta!
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