Le clavé el cuchillo, dos tres veces, no recuerdo. Solo recuerdo como le salía la sangre por una de sus arterias o una vena. ¡Vete tú a saber! Yo solo quería matarlo y no había manera. Parecía como si cada puñalada le diese más vida. Se revolvía, intentaba deshacerse de mi pero yo estaba bien agarrado al cuchillo, a su espalda y solo lo solté cuando por fin cayo de bruces en el suelo y dejó de gritar. ¡Que asco da el suelo! Todo rojizo, pringado, da asco matar a alguien así, pero lo merecía. Lo merecía tanto que...
Volví a sacar el cuchillo clavado de su espalda y ahora si, sin prisas, sin miedo y... casi sin rencor, volví a clavárselo dos o tres veces más.
Madre del amor hermoso... alguien se ha despertado de mal humor.
ResponderEliminarTodo lo contrario. Ayer me acosté muy tranquilo. Hoy el día promete.
Eliminarcon ensañamiento y alevosía!!
ResponderEliminarY nocturnidad.
Eliminarjejeje ves? por esto me gusta leerte... haces que algo totalmente horrible suene como si fuese lo mas normal del mundo... algo relajado y placentero incluso. aiiissss si pillara yo un cuchillo recien levantada... XD
ResponderEliminarRecien levantado no, pero a medio día...
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