La limpiadora llegó tarde. El jefe la había solicitado en el último minuto cuando todos habían abandonado la oficina. Ella ya se había cambiado de ropa pero subió a ver que necesitaba. Si la bata ya le marcaba unas formas de vertigo la ropa de calle la hacían espectacular.
- ¿Que desea? - Le preguntó mientras se inclinaba hacia la mesa mostrándole su escote.
- Necesito una limpieza. - Le dijo mientras se echaba mano a su bragueta y sacaba una enorme polla en ercción.
Ella le sonrió y mostrándole un pulverizador le roció su pene, con la otra mano lo frotó con una bayeta y volvió a salir por la puerta dejando resplandeciente el miembro del jefe mientras movía sus caderas al compás de un tam-tam.
Sí, me hizo gracia.
ResponderEliminarMe pregunto si le habrá hecho la misma gracia al propietario XD
Que pida las cosas en condiciones.
EliminarJajajajaja.... pero que mujer más limpia!!!
ResponderEliminarHacendosa, si.
Eliminarjajajaja muy bueno... para la próxima igual se lo piensa el jefe XD
ResponderEliminarSi es que hay que saber lo que se quiere.
Eliminarjejejeje con lo que escuece el cristasol!
ResponderEliminarMano de santo para las heridas entonces.
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