El ajetreo del autobús
me acuna.
Sus ventanas en mis mejillas,
frías como las de una madre hacendos,
me dan la paz que se respira
en la ciudad.
Doce minutos para llegar al trabajo
en un día en el que la siesta llora.
Un sueño que lejos de reparar
atrae la ira contra
paseantes ociosos.
ya sabes lo que me provoca el invierno....
ResponderEliminarhoy no he salido para nada de casa, y mañana tampoco.... ama de casa, comidas, meriendas y brasero= 2 kg más!! ufffff....
Pues eso... ¡¡hasta la polla de invierno!! de gente, de todo. Bueno, menos mal que pronto llega la Navidad y es como un parentesis.
EliminarYo porque no tengo el mismo apéndice que tú Bubo, pero estoy casi igual, hasta el moño, pero con C.
ResponderEliminarComo dice Jana lo mismo se nos acaba el mundo y empieza algo más gracioso.
EliminarUf, Bubo, y yo que soy de esos "paseantes ociosos", más que nada porque no tengo otra cosa, o casi. Aunque no paseo mucho, tampoco: brasero, casa, depresión total y hasta mucho más arriba que tú, de verdad.
ResponderEliminarBueno, y a lo mejor se acaba el mundo y empieza otra cosa más entretenida.
¡Feliz Navidad!
Paser ociosamente esta muy bien. El problema es cuando te das cuenta que para justificar ese paseo lo adornas con una visita a tal o cual cosa. Y algunos vienen al curro para... ¡dar por culo mayormente!
EliminarBueno, ya está! de la rutina no se puede escapar.
ResponderEliminarPero se intenta. De echo en ello estoy los últimos días.
Eliminar