La chica se queda en mitad del vestíbulo. Se quita el abrigo y lo deja en el suelo. Después la rebeca, los zapatos y las medias. Es entonces cuando ha conseguido la atención de todos nosotros. La camisa y la falda también caen a sus pies. El vigilante entonces reacciona. Se dirige a ella y comienza a increparle. Los demás vamos tras él y forcejeamos mientras animamos a la chica a que continúe. El sujetador cae con gracia en el montón de ropa. El vigilante se suelta de una mano y nos golpea. Aún le queda deshacerse de uno de los perniles de sus bragas para amontonarlas cuando el chaquetón con los logotipos de seguridad le cae encima como una manta protectora.
A veces algo de lo que pasa por la vida se filtra en este blog. Otras veces es la fantasía la que se da una vuelta. El formato corto predomina pero siempre hay excepciones.
29/11/12
28/11/12
26/11/12
Fin de mes.
- Bueno ¿Qué? ¿Te han dado el dinero que querías?
- Pues… – Eso es un suspiro de Carlos que llega del banco.
- ¿Qué pasa tío? ¿Tan mal pinta la cosa? – Le pregunto.
Durante un rato se queda callado. Me mira como si yo tuviese la culpa y fuera el que va a llevarse la hostia por algo que no se merece.
Empieza a contarme:
Me llego a la caja y dandole la cartilla le digo:
– Mírame a ver si han pasado algún recibo y me das treinta euros.
- Te han pasado el recibo de Vodafone. – Me suelta a bocajarro.
- ¡Coño el móvil! Bueno pues… dame veinte.
- Es que también tienes la comisión de retardo del coche.
- ¡Joder!
- ¿Y entonces que pasa? ¿No has sacado nada? – le pregunto
- Si. – Me responde – Le he sacado cincuenta céntimos para un café.
- Pues… – Eso es un suspiro de Carlos que llega del banco.
- ¿Qué pasa tío? ¿Tan mal pinta la cosa? – Le pregunto.
Durante un rato se queda callado. Me mira como si yo tuviese la culpa y fuera el que va a llevarse la hostia por algo que no se merece.
Empieza a contarme:
Me llego a la caja y dandole la cartilla le digo:
– Mírame a ver si han pasado algún recibo y me das treinta euros.
- Te han pasado el recibo de Vodafone. – Me suelta a bocajarro.
- ¡Coño el móvil! Bueno pues… dame veinte.
- Es que también tienes la comisión de retardo del coche.
- ¡Joder!
- ¿Y entonces que pasa? ¿No has sacado nada? – le pregunto
- Si. – Me responde – Le he sacado cincuenta céntimos para un café.
22/11/12
20/11/12
La cama.
La anticuaria me llevó a través de mesa repletas de objetos a la trastienda. Allí me enseñó la cama.
- Aquí fue donde Marilyn y Miller pasaron sus mejores momentos. - Me dijo.
- ¿Como puedo estar seguro que esta cama era la de Arthur? - Le dije mientras me recostaba en el colchón.
Y ella, sonriendo, me preguntó:
- ¿Usted escribe verdad?
- Si. ¿Como lo sabe?
Entonces ella colocando un pierna en la cama y dejando ver sus medias comenzó a bajarlas lentamente.
- Porque esta cama hace más sexy a los escritores.
Y...
- Aquí fue donde Marilyn y Miller pasaron sus mejores momentos. - Me dijo.
- ¿Como puedo estar seguro que esta cama era la de Arthur? - Le dije mientras me recostaba en el colchón.
Y ella, sonriendo, me preguntó:
- ¿Usted escribe verdad?
- Si. ¿Como lo sabe?
Entonces ella colocando un pierna en la cama y dejando ver sus medias comenzó a bajarlas lentamente.
- Porque esta cama hace más sexy a los escritores.
Y...
me convenció.
19/11/12
Jornada 19/11/12
Odio que me llamen por teléfono solo para follar. Sobre todo que me impongan un plan. Que me citen quince minutos más tarde y quieran que uno aparezca con todo el deseo en la polla. Odio que pueda dominarme de esa manera que vaya tras ella como un perrito faldero y le lama la suela de su bota. Que sepa que voy a comer las migas que me arroja, aunque sean de caviar. Odio a esa puta, pero ella es la que mejor me paga.
de American gigoló. |
18/11/12
De resbalones.
Hay resbalones que duelen al momento, otros sin embargo, aunque no llegases a caer, aunque pensases que más que resbalar lo que hiciste fue una finta graciosa, terminan repercutiendo en el tiempo y duelen tanto o más que los otros.
Bubo dixit.
Bubo dixit.
17/11/12
...
De una colección de servilletas con fecha 24/8/2011
Ya nunca la echo de menos.
Ni sus besos,
que tanto tardaban en llegar.
Ni esa sonrisa que
solo aparecía tras quitar
el lazo al regalo.
Ni el humo,
ni sus mentiras.
Ya no la echo de menos.
Ni cuando veo la cama desocupada
y la soledad de la noche
me recuerda
su frío.
¡Se parecen tanto esos días!
Y ahora,
cuando escribo de ella,
tengo que buscar
en la memoria algo
que me recuerde feliz a su lado.
Sé que tiene que haberlo,
viajes, fiestas, pocas fotos
y un hijo
lo atestiguan
pero puso tanto empeño
borrando esos recuerdos
que ahora, en el salón
solo encuentro
rencor.
Ya nunca la echo de menos.
Ni sus besos,
que tanto tardaban en llegar.
Ni esa sonrisa que
solo aparecía tras quitar
el lazo al regalo.
Ni el humo,
ni sus mentiras.
Ya no la echo de menos.
Ni cuando veo la cama desocupada
y la soledad de la noche
me recuerda
su frío.
¡Se parecen tanto esos días!
Y ahora,
cuando escribo de ella,
tengo que buscar
en la memoria algo
que me recuerde feliz a su lado.
Sé que tiene que haberlo,
viajes, fiestas, pocas fotos
y un hijo
lo atestiguan
pero puso tanto empeño
borrando esos recuerdos
que ahora, en el salón
solo encuentro
rencor.
15/11/12
Van Helsing Vs. Desayuno Molinero
Me desperté temprano, preparé café, y aprovechando que aún quedaba pan del día anterior preparé un desayuno molinero como me enseñó mi padre. Mucho pan, mucho aceite, mucho bacalao y ajos de Montalbán. El caso es que aún era de noche cuando salía con la bicicleta, era un día que no había podido dormir, la tormenta no me había dejado hacerlo en toda la noche. En Córdoba no se veía un alma cuando salí a la puerta , y entonces, enfilando la calle con la bici lo vi.
¿Como iba a imaginarme que el tipo era especial? Si, era eslavo, o rumano,no sé, vestía de negro y solo coincidí con él varias veces cuando bajaba la basura. Yo siempre pensé que la moda "siniestro" había llegado tarde a su país o que era un forofo de estos de Crepúsculo, o simplemente, que siendo un Erasmus podía hacer en España lo que le saliese de los huevos porque nadie de su país estaba cerca para tener que dar cuentas después.
Se le veía cansado, mojado, su noche no debía de haber sido buena. Lo que no entendía era como podía salir con esta lluvia, tres días de agua y el tipo seguía con ganas de jarana. Me acerqué a él para intentar escucharlo y fue entonces cuando me sorprendió. Ni siquiera pude verle los colmillos, los sentí en el cuello, fríos, punzantes y noté como mi sangre se arremolineaba por subir a su boca. Ni siquiera pude gritar. Fue solo cuestión de unos segundos cuando el tipo calló en el suelo. Revolcándose, sufriendo, no quise seguir allí y comencé a pedalear pero no pude evitar volver a mirar de nuevo. Salía el sol. No quedaría nada de él. Mi desayuno se había encargado de dejarlo débil y el sol terminaría el trabajo.
14/11/12
Convaleciente.
Me duele la espalda. Tanto tiempo en el sofá me tiene cansado. Tres días me han dicho. Tres días de reposo. Y yo, que siempre fuí, muy buen enfermo estoy en ello. He leído, he terminado la segunda temporada de Breaking Bad, siete películas en poco más de treinta y seis horas, un libro, vale, si, cortito, de micros pero un libro. He contestado el correo y me he puesto al día con algunos blogs. Y ahora, tirado en el sofá no he podido aguantarme más. Me he levantado, sin hacer ruido, despacio, no es solo la espalda lo que me duele, creo que es todo el cuerpo, y he ido hasta el sillón. Donde ella dormía con el portátil en la las manos, las gafas caídas en la nariz y me he acercado para recibir una de las reprimendas más gordas en los últimos meses cuando la he besado en los labios.
He aguantado estoicamente mientras me volvía a "colocar" en el sofá. Entonces se ha sentado a mi lado y a empezado a besarme, en la frente, en los ojos, en la nariz, en la boca, en el cuello... Me ha mirado y mientras soplaba una pestaña que se sostenía en una de mis ojeras el dolor de espalda se ha ido con ella.
13/11/12
El vecino.
Llamaron a la puerta con insistencia y al abrir me pusieron una pistola en la cabeza. El tipo la movía delante de mis ojos de un lado a otro. Sudaba. Tardamudeando me dijo que le pasara todo el costo que tenía. Lo miré a fijamente a los ojos y me adelanté un paso, el retrocedió, le señalé el pasillo. Un gran número dos señalaba la planta en la que nos encontrabamos.
- Te has equivocado. Es en la planta de abajo.
El tipo bajó el arma y echándose mano a la cabeza se disculpó:
-Tioperdona. Toyconelmonoy...y...
Comenzó a bajar las escaleras. Cerré la puerta.
Escuché como el timbre de mi vecino volvía a sonar con insistencia.
3/11/12
Sábado de lluvia.
Paseantes con bolsas grandes por la calle mojada. Hoy nadie quiere salir en mi barrio. Recopilación de comida, de chucherías para pasar una tarde/noche en el brasero.
Anda que si no fuera porque tengo que salir a celebrar un cumpleaños...