Baja del autobús y se muerde las uñas. No ve a nadie conocido. Los demás empiezan a recoger su equipaje de la bodega. El suyo es el último, una bolsa pequeña con una muñeca de Hello Kitty. La coge pero en lugar de colgarla de un hombro la abraza como si fuese un peluche. Anda unos pasos hacia un lado, a otro, no queda nadie en la estación. El autobús que la ha traído empieza a dar marcha atrás también él va a dejarla sola. La respiración se le acelera cuando el autobús sale. Los ojos le pesan y aparece una lágrima en uno de ellos. Está en mitad de ninguna parte pero antes de que la lágrima caiga un brazo se agita llamando su atención. Corre hacía la entrada, se abrazan y se besan mientras Hello Kitty se abre de par en par y esparce camisetas y bragas por las dársenas.
llegar a un sitio y verte sola debe ser duro, comparto la alegría de la chica.... las bragas y camisetas se recogen y se lavan y punto!
ResponderEliminarPues si que es duro. Sobre todo cuando llegas a un sitio en el que ni si quiera sabes si eres bien recibid@.
EliminarJoé con la kitty! qué usa, una 95? esa foto traumatizará a muchas niñas.
ResponderEliminarPeor aún es llegar a una estación sabiendo lo que te vas a encontrar
Esta Kitty se la pusimos de foto de perfil a una compañera de la estación. (Es lo que tiene dejarse el facebook abierto, y no tener ningun pudor.) El caso es que sigue con ella.
EliminarNo es la foto apropiada para este relato pero... ¡me gusta!