- ¡Felicidades papá! - Le digo mientras le doy un álbum de fotografías que he ido recopilando de los dos en los últimos años.
Él lo mira y comienza a pasar las páginas antes de responder:
- ¿No estás tú muy mayor para traerme dibujitos? Anda... tirale para la tasca y nos tomamos un medio.
Ah, eso es que está en forma. Qué álbum ni qué niño muerto: a la tasca, como debe ser. Con un par...
ResponderEliminar¡Que no se entere mi madre que nos canea a los dos! Y en forma, en forma... pues ya no. Pero tampoco él le pide poder correr la marathon de Nueva York. Todo lo más, sus medios y su domino.
Eliminarsiejque tienes que crecer de una vez, Bubo! jajajajaja tu padre me cae de miedo!
ResponderEliminarNo te creas... tiene sus días. Pero tienes razón. A mi padre lo hemos descubierto en casa después, ya jubilado y cuando hemos ido creciendo.
EliminarPues tienes suerte. Normalmente las personas cuando se jubilan cambian, pero a peor.
EliminarMi padre una vez nos dijo que lo paso regular cuando se jubiló, que dormía mal. No sabes lo que nos reímos ese día.
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