Llevaba en la cafetería casi una hora. No había dejado de mirarla. Pensé que era una de las cuarenta mil guiris que pululan por Córdoba en estos días. Pero su sonrisa, su escote verde y un libro de relatos de Iwasaki me dijeron que era mucho más. Me acerqué a ella y entonces lo descubrí:
Ya me tenía a sus pies.
será el destino....
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarQué bonito.
ResponderEliminarPara que luego digan que siempre nos fijamos en lo mismo.
¡Qué rapidez! Es usted de caída fácil, ¿eh?
ResponderEliminarEl iwasaki ese es eso japonés que pica tanto, ¿no?
ResponderEliminarDe nuevo te dejo el comentario que se borraron todos.
ResponderEliminarSi es que... tenerte asi tan pronto :)
Saludos.
http://lafalsarealidad.blogspot.com/
Cheester... blog nuevo, a estrenar, y tiene buena pinta.
ResponderEliminarPues tendré que repetirlo yo también, ya que estamos:
ResponderEliminarYa veo que usted es de caída fácil, ¿eh?
Rick... si, lo peor es que uno tropieza mucho y cae desde alto, la ventaja es que he aprendido a levantarme con una soltura que ni las gimnastas paralimpicas.
ResponderEliminaruhg, a mí se me ha aparecido Murphy, que ya hubiese podido ser algún santo o la virgen, y el único post, de verdad, el único, del que no hice copia, (como lo edite por la noche pensé, mañana la hago ) me lo ha borrado y no lo recupero, lo que me extraña porque parece que todos los habéis recuperado pero sin los comentarios..... y yo no……solo me lamento!!!!
ResponderEliminarjojojo, ¡eres un búho tobillero! ¿Cómo has caído tan bajo? :P
ResponderEliminarPrincesa Negra... seguro que aparecen un día de estos, si no, espera, le pregunto a mi madre que sabe donde está todo.
ResponderEliminarCharlotte... desde abajo es la manera más cómoda para remontar.