Aún no habíamos acabado la botella cuando salimos corriendo del restaurante. Te excitaba pensar que nos ibamos sin pagar y paramos un taxi libre que se acercaba por la plaza. Gran Vía 25. Durante una noche entera estuvimos follandonos sabiendo que era la última vez. Ni siquiera viste salir el sol y yo no quise llamarte, solo dejaste tu sujetador bajo la almohada.
Ahora tenía que pagar tus besos con un tiempo que no tenía, tus caricias tragandome la saliva amarga del olvido y volver a aquel restaurate para terminar la botella.
Veo que aún te acuerdas mi chico. Fue maravilloso Bubo.
ResponderEliminarUn besazo.
si vuelves lleva la pasta para pagar...
ResponderEliminarla última, nunca digas de este agua no beberé...
jota es mucho jota..
y te dejaron entrar después de irte sin pagar??
ResponderEliminarjuana la loca
El ribera me quema un jartón de neuronas. ¿Te podrás creer que no recuerdo tanto? Pero si tú lo dices...
ResponderEliminarEa...otro con el ribera. Al final vamos a caer todos.
ResponderEliminarJart... mi aficción al Ribera me viene de hace tiempo. Bastante me jodio Aznar cuando dijo que le gustaba más que el Rioja. Aquí no los conocía casi nadie y salían muy baratos. A partir de la parrafada del presi empezaron a ponerse menos asequibles. Menos mal que el repunte de bodegas con los planes de Europa han sacado algunos bastante buenos y asequibles.
ResponderEliminaryo prefiero el vino al whisky, aunque no entiendo de ninguno, los valoro según me dejen no dolor de cabeza...
ResponderEliminarLas penas con Ribera de Duero son menos. Y para eso no hay una última vez, sfortunadamente.
ResponderEliminarGata... cada cosa tiene su momento. Y lo del dolor de cabeza... ¿que quieres? Al final tendría que haberlo aborrecido todo.
ResponderEliminarRick... frase muy acertada. Si las penas con pan son menos, con ribera... ni te enteras.