Una vez me describió la imagen. Se había prometido no olvidarla nunca. Y a veces sonreía sin motivo.
- He vuelto a recordarla – decía.
Su imagen imborrable era de una chica con una combinación muy corta, de color crema, unas piernas interminable y botas altas. Perdiéndose en una mirada sicalíptica mientras lo retenía con un dedo en sus labios. Una chica que conoció hace años y quedó joven, turbadora, bellísima en su memoria mientras él se hacía viejo.
Estoy seguro que esa imagen sigue apareciéndose en su cabeza constantemente. Por eso sigue sonriendo aunque no nos recuerde a ninguno.
Es mejor recordar eso que algo desagradable, desde luego.
ResponderEliminarY yo a Sabina le quiero muchísimo, de verdad que sí.
El pasado es lo único que se recuerda cuando no tienes presente.
ResponderEliminarEn cuanto a la combinación y las botas altas...mmm...me estás dando una idea.
Ultimamente ando juguetona.
El recuerdo de lo que pudo ser y no fue.
ResponderEliminarSaludos.
Hombre, es que puestos a recordar una sola cosa, mejor ese recuerdo que el de vosotros.
ResponderEliminarEso es lo bueno, que algunas imágenes de nuestra mente permanecen inalterables. No tuvo suficiente tiempo para saber mas de ella, y quizá fue mejor así.
ResponderEliminarIrene... Me tengo que agenciar un post de Sabina de aquí a poco.
ResponderEliminarFiebre... ¡cuidado con los juegos! A mi me encantan pero ahora mismo tengo el ojo izquierdo... como diría. ¡Hecho mierda! Eso si, mereció la pena. ¡Como la gusta la Navidad!
Josito... o precisamente la imagen trae el recuerdo de lo que fue.
Paseante... sin lugar a dudas. Tambien yo preferiría recordarla a ella que a mi.
neko... Ni falta que hace. Mucho tiempo, cansa.
Los antiguos recuerdos, sobre todo cuando son agradables, son los que se aferran con mayor fuerza a la memoria cuando ésta se va perdiendo
ResponderEliminarUn abrazo
Pedazo de sonrisa más tonta me ha salido esta mañana recordando esa imagen.
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