Tengo por costumbre quererte a ratos.
Marcar tu móvil en terrazas soleadas.
Echarte de menos mientras dibujo tu sonrisa
en servilletas.
Tengo por costumbre odiarte a ratos.
Limar las esquinas que llevan tu nombre.
Beberme lenta la última copa cuando el bar
está para cerrar.
si, en esos ratos, en que por fin uno se para, entonces.......se echa de menos. pero son tan pocos.
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