- ¡Como un esparadrapo!- Decía el Vero. - ¡Esto se quita como un esparadrapo!
Y entonces se cogía con dos dedos parte del vello de la mano izquierda y se daba un tirón arrancándose tres o cuatro de esos pelillos que le salían del antebrazo. Después durante dos o tres horas iba soltando algún que otro lagrimón en la barra mientras nos ponía excusas de alergia.
El Vero, ayer, llegó calvo a la parroquia. Dice que una cosa es que equivocarse y sentirlo y otra muy distinta es la costumbre de ir arrancandose vellos para olvidar.
Se ha hecho la depilación laser.
Alguien debería haberle dicho que la depilación laser duele un huevo!!! Si al final, sea como sea,siempre duele...!!
ResponderEliminarSi pero... ¡y el tiempo que te ahorras después! Esto es como un móvil nuevo. Tienes que meter todos los datos al principio, y jode, pero después... te alegras de tener a toda la gente a un solo golpe de click.
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