Había pasado tres meses desde que la enterramos. Ella venía de hacer un reportaje a una de las encinas de la sierra. La carretera era dificil, la nieve había estado presente en los últimos días, pero me dijo que no podía dejar pasar esa oportunidad, que necesitaba esa fotografía.
Mi suegra fue quien me trajo la cámara. Yo no entiendo de estas cosas me dijo. Durante unos días la cámara estuvo en la mesa del salón. Recordandola. Hubo ratos que me dieron ganas de cogerla y tirarla por le balcón, la recordaba a ella, fotografiando cualquier escena, a mi, que harto me tenía a veces, sonreí, por fin sonreí al recordarla. Fue entonces cuando busqué su reportaje. Su primera fotografía era de un hombre, el guardabosques con su uniforme de la junta. Después seguían otras del mismo tipo. Abrazandola, besándola, haciendole el amor...
Ni un puto arbol en toda la tarjeta.
eso t pasa x hurgar donde no debes, ya dice el refrán: "no preguntes lo q no debes y no sabrás lo q no kieres"
ResponderEliminarNi siquiera era curiosidad!
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