Carlos intentaba convencer a Laura para aprender a bailar. Ella después de algunos achaques y pesares accedió.
Para el mismo curso Gloria no tardo tanto en convencer a Juan, solo tuvo que sugerirlo en la cama.
Las dos parejas se conocieron en el salón de baile y a una propuesta de la profesora cambiaron de pareja en medio de la pista.
Después de dos años aún no han vuelto a cambiar.
Qué suerte, encontrar a alguien que se mueve con tu mismo ritmo...
ResponderEliminarEs bueno saber que en cualquier momento puede cambiar tu suerte, no?
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu último comentario.
Yo no me voy a quedar sin bailar. En cuanto encuentre a alguien que desee bailar conmigo y no me pise los pies,cambio de pareja.
ResponderEliminarHablando de tangos...
ResponderEliminarhttp://www.entusbrazos.fr/
Tesa, ¿suerte? Perseverancia le dirían algunos.
ResponderEliminarGilda, es bueno saberlo, aunque a veces sea para mal.
Mola el corto de "entusbrazos". ¡Que coño! No mola, es buenísimo.
Ya sabía yo que te iba a gustar "enmano".
ResponderEliminarPor cierto esto sale anónimo porque no me da la gana de hacerme más cuentas de correo